“Si en Colombia no hay
una resistencia armada ante ese régimen de terror impuesto durante décadas, es
imposible que haya los cambios que necesitan las mayorías nacionales.”
Desde la selva guerrillera: Entrevista al integrante
del Estado Mayor Central de las FARC-EP, el comandante Jesús Santrich
“Este es un mensaje no guerrerista sino un mensaje de Paz”
Por Dick y Mirian Emanuelsson
Transcripción Ingrid Storgen
Audio: https://www.box.com/s/k2kbryyt9xhhdzdxhihr
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Texto en PDF: http://www.scribd.com/doc/115123887/%E2%80%9CEste-es-un-mensaje-no-guerrerista-sino-un-mensaje-de-Paz%E2%80%9D
MONTAÑAS
DE COLOMBIA / 2012 / Tengo dificultades para mantener el mismo ritmo en la trocha.
¡Esta es una locura! le digo a Mirian. Santrich, sin visión, con una mano en su
palo tallado y forjado y la otra mano guiada por la guerrillera Tania, casi
corre en la trocha, llena de piedras, palos y ramas de los árboles en la
hermosa selva. Pero parece que conoce el lugar y anda como “Pedro por su casa”.
–Por aquí hay hojas de. . . , y Santrich
menciona un árbol o vegetación cuyo nombre para mi es idioma martiano.
– Esta selva tiene todo esto, tan rica en
recursos naturales, lejos de las corporaciones farmacéuticas y sus químicas,
agrega Mirian y los dos siguen oliendo hojas y raíces como si fueran venados.
Aprovecho a respirar y relajarme de este Maratón Fariano.
El comandante guerrillero sufrió glaucoma
durante varios años y final perdió la visión, pero es más activo que cualquier
guerrillero y parece que no hubiera nada que le impida movilizarse.
En la tarde nos sentamos, rodeados de una
naturaleza maravillosa, como es la selva colombiana, y charlamos sobre la
perspectiva de un proceso de paz y la situación política actual en el país.
Unos meses después, nos topamos nuevamente en la Habana y lo que era un
“Secreto de Estado” esa tarde en la selva, ya fue público a principio del mes
de octubre de este año. Nosotros desconocíamos totalmente el hecho de que
gobierno y guerrilla ya llevaban dos años preparando el terreno para el Proceso
de Paz.
Y en este reportaje realizado hace algunos
meses atrás allá en su sitio en la montaña, presentamos los planteamientos de
Jesús Santrich, uno de los representantes de la guerrilla en la Habana.
No descansa, no lo dice él sino que lo
vimos durante los días en la selva. Muchas veces despertábamos a las 3 y media
de la madrugada, escuchándolo conversar y planear el programa del día con sus
más cercanos mandos del frente. Y no solamente habla, sino canta y declama
también poemas.
Con su laptop con el programa para ciegos,
no hay nada ni nadie que lo pare o impida de tomar parte muy activa de la lucha
del pueblo colombiano. La entrevista abajo es un vivo ejemplo de eso.
Dick
Emanuelsson (DE): Aquí estamos, en algún lugar de las montañas de
Colombia y tenemos el honor de tener aquí al comandante Jesús Santrich miembro
e integrante del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia- Ejército del Pueblo.
Muchísimas gracias, comandante, por
permitirnos tener el honor de encontrarnos con usted para tomar parte de su
experiencia.
Nosotros quisiéramos hacer algo diferente a lo
que hacen los grandes medios de comunicación que solamente transmiten una cosa
superficial de las acciones de las FARC. Queremos llegar, no tanto al fondo,
pero saber, por ejemplo, quiénes son los comandantes que están detrás de esto
que algunos politólogos mencionan como fenómeno en este siglo XXI, de la
guerrilla de las FARC que ya lleva más de medio siglo en la lucha por la Nueva
Colombia.
Usted, por ejemplo, ¿cuándo y dónde nació, a
qué edad decidió ingresar para intentar cambiar este país?
Jesús
Santrich (JS): Ante todo un abrazo fariano, bolivariano, marulandista
para todos los que acceden a este importante medio de comunicación alternativo.
Contentos, también de poder expresar nuestras ideas que siempre procuran estar
pegadas a los criterios de verdad.
Haz CLICK para formato grande |
No es tan importante decir quienes somos
nosotros, si esa expresión no está ligada a los proyectos que tenemos, siempre
ligados al pueblo. Como usted lo ha dicho, yo soy Jesús Santrich, de un
rinconcito apartado de Colombia, el departamento de Sucre, al norte de la costa
caribe colombiana. Ahí nací hace unos 45 años.
DE:
Cómo
fueron sus circunstancias familiares, vivía en el campo, en la ciudad, en ese
departamento de Sucre.
JS:
Ese
es un departamento, sobre todo, de producción ganadera, agropecuaria, así es
como estuve muy ligado al campo. Mi vida está ligada a esas pequeñas
poblaciones, mi padre es hijo de una familia pobre, mi madre también, pero
ambos tuvieron la posibilidad, por el esfuerzo de su familia, de formarse,
educarse, terminar sus estudios primarios y secundarios y hasta acceder a los
universitarios. En esa misma dinámica nos formaron a nosotros, en el trabajo en
la tierra, con los animales, la formación en el hogar, primero que todo. Tuve
una formación muy humilde, apegada a los intereses del colectivo y desde allí
es cuando uno va formando su propia concepción de la vida, pegada más a los
intereses de la sociedad que a los intereses personales.
La Tierra en pocas manos en Sucre
DE:
El
departamento de Sucre, usted dijo, es una zona de ganadería y la tenencia de la
tierra también es algo muy particular en Colombia, ya que está en manos de
pocos terratenientes.
JS:
Si,
claro, la máxima concentración de la tierra se da en la costa caribe colombiana
y el departamento de Sucre es uno de los lugares donde existe, sobre todo,
latifundios y donde existen gamonales, personas con muchísimo poder económico
que tienen en condiciones laborales casi coloniales a los campesinos que tienen
que vender su fuerza de trabajo.
Un ordeñador que está comenzando su jornada
laboral a las 2 ó 3 de la madrugada la termina después de las 4 ó 5 de la
tarde, su tiempo de descanso es muy limitado si es que a eso se le puede llamar
descanso. Esto dicho para colocarlo como uno de los tantos ejemplos que puede
haber ahí, que son comunes a los de toda la costa caribe y a las grandes zonas
de extensión latifundista que hay en toda Colombia.
DE:
Justamente,
lo que usted menciona sobre el tratamiento hacia los peones, la primera
entrevista que hice fue en Casa Verde, en el año 1988 a una guerrillera que
creo que se llamaba Oneyda. Decía que en el campo de Santander a los
trabajadores los trataban peor que a los animales de los terratenientes.
JS:
Las
condiciones laborales en Colombia, en general son precarias y lo que se ha
venido dando a lo largo de la vida republicana, que traicionó el proyecto
libertario de Simón Bolívar, es un empobrecimiento creciente en Colombia.
Fíjese que de 45 ó 46 millones de habitantes, mas de 30 están en condiciones de
pobreza y de esos 30, alrededor de 12 millones de colombianos viven en
situación de indigencia. No alcanzan, quizás, a medio salario mínimo. Esa
situación es común y en el campo se extrema, sin condiciones de salubridad, sin
vivienda, donde la educación falta y es remota la posibilidad para que los
niños accedan a ella.
Es una situación común en Colombia y la
pobreza irrita a través de la resistencia. Y la resistencia armada es una de
las voces que hay a lo largo y ancho del país.
Ciudad Bolivar, en el sur de Bogota y centenares de miles que viven en la extrema pobreza. |
“Soportar las condiciones
de Miseria”
DE:
Me
decía también esa compañera que prefiere mil veces poner el pecho antes de
vivir en condiciones tan infrahumanas, tan crueles, y la gente del campo vive
bajo esa condición por los terratenientes.
JS:
Los
azotes de la indigencia son peores que las balas de una confrontación directa,
nosotros hacemos resistencia, hacemos un sacrificio por ese pueblo. Pero ese
pueblo hace un sacrificio mayor al tener que soportar las condiciones de
miseria que por tantos años y por una consideración tan mezquina, ha impuesto
la oligarquía aquí, en Colombia. Y nosotros tenemos un gobierno apátrida. No
solo el gobierno actual sino la secuencia de gobiernos bipartidistas, liberales
y conservadores que han entregado los intereses nacionales, los intereses
patrios a los intereses transnacionales.
En esta etapa todo se ha profundizado, no se
han solucionado los problemas que han generado el conflicto colombiano y más
bien se agrava en la firma de los TLC. Los proyectos o las famosas locomotoras
santistas, que lo que están, es entregando los recursos naturales y la
capacidad de trabajo que tiene el pueblo colombiano, al llenar los bolsillos o
al saciar la voracidad de las transnacionales.
Juventud
Comunista y la UP
DE:
Cuéntenos,
cuándo empezó su actividad política, a empezar a preocuparse a pesar que uno
está rodeado por las circunstancias políticas, sociales o económicas y sabiendo
que el departamento de Sucre fue terriblemente golpeado por el militarismo y
también el paramilitarismo donde tenemos el odiado jefe paramilitar, Cadena,
que mutilaba a las víctimas en su propia finca. ¿Cuándo comenzó usted a
reaccionar contra esas barbaridades?
JS:
Bueno,
la violencia en Colombia tiene muchas décadas de desarrollo, pero digamos que
desde los 40 hasta acá se ha intensificado y que en tiempos del uribismo se
desbocó y tomó visos más graves que los de esa violencia que describen muchos
historiadores, muchos “violentólogos” de la década del ’40. Del ’48 hacia acá.
En el caso mío la ligazón con el campo, con la tierra, con la miseria de la
gente, fue a temprana edad. Pero uno no entra a hacer conciencia de eso, hasta
que tiene algún contacto en los establecimientos de secundaria, o en las
universidades donde hay un trabajo intenso de las organizaciones políticas y
alternativas en Colombia. Entonces, yo podría decir que a nivel familiar uno va
generando una sensibilidad social muy grande, de nivel a los problemas tan
grandes que hay en el nivel inmediato. Pero ya cuando se llega a la secundaria,
indudablemente, está la influencia de algún sector de la docencia que es muy
conciente en Colombia. O de compañeros y compañeras que hacen un trabajo
político de formación y de educación popular y lo va a uno ligando. Yo diría
que por ahí, desde los 12 ó 13 años, yo comencé mi ligazón con la Juventud
Comunista colombiana y en adelante bajo las orientaciones políticas e
ideológicas que ha tenido el movimiento comunista en Colombia.
Entonces, yo estuve vinculado a la juventud
comunista desde los 12 ó 13 años y luego me vinculé al partido cuando surgió la
Unión Patriótica. Desde un principio fui parte hasta que, no digamos que solo
es la situación violenta lo que a uno lo obliga. Más que una obligación por las
circunstancias es un compromiso que a uno lo obliga y que se adquiere por las
convicciones. Desde niño se fueron sembrando en mi corazón, en mi sentimiento,
en mi racionalidad.
A la
guerrilla
En el caso mío no fue que yo me vine a la
guerrilla por una presión, que si, la ha habido, porque sobre toda la
militancia popular en Colombia está el peso del terrorismo de estado, que se
expresa en momentos muy terribles como ese del exterminio de la UP. Pero
independientemente de ese exterminio yo tengo una convicción respecto a Esa es una convicción.
DE:
¿Cuando
ingresó en las FARC y fueron los primeros combates, sentía temor?
JS:
Yo
me vinculé a las FARC –la vinculación a las FARC no es, necesariamente agarrando
el fusil con las manos- sino los principios, los propósitos de interés
nacional, de interés patrio. De acercamiento para las reivindicaciones que
están levantando para los oprimidos, esa es la primera vinculación que se hace
a las FARC.
En ese sentido gran parte del pueblo está
vinculado a las FARC, en sentimiento, con el corazón. Y luego, a agarrar un
fusil que es bastante complicado porque tiene una serie de implicaciones
mayores, digamos que se da después del año ’91, cuando yo ya termino mi carrera
universitaria en la Universidad del Atlántico, en la costa caribe colombiana,
allí decidí pasar a filas. Antes ya estaba vinculado en la ciudad,
Barranquilla, en los trabajos que desarrollan los frentes guerrilleros que hay
en la costa, que son de orden político, de organización clandestina de masas,
de concientización a la gente respecto a los múltiples problemas que tiene el
país.
Entonces la vinculación a las FARC no implica
solamente tener el fusil en las manos, sino sobre todo tener los sentimientos
bolivarianos, los sentimientos de apego a los intereses populares. En ese
sentido cualquier persona que tenga esa vocación se puede decir que es un
integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Ejército del
Pueblo.
DE:
¿Claro,
porque las tareas son múltiples, no?
JS:
Son
múltiples, quizás la tarea que nadie quisiera realizar es la de disparar, esa
es una consecuencia extrema que nos toca asumir en la guerra que ha impuesto el
régimen.
Esto, en el orden de los factores tiene que
estar claro, el surgimiento de la resistencia armada, de la insurgencia, es
consecuencia de la imposición de un régimen de terror en Colombia.
Si ese régimen cesa y si las profundas causas
de orden social, cesan, indudablemente la lucha armada tiene que cesar.
El interes por la emisora radial, CRB
DE:
Usted
es prácticamente uno de los fundadores de la Cadena Radial Bolivariana, aunque ha
habido también emisoras y radiocomunicaciones en gran parte del Comando Central
como en Casa Verde que tenía su propia radio que se escuchaba en onda corta.
Ayer estuvimos en otro campamento viendo a los compañeros trabajando en esa
tarea transmitiendo durante 2 ó 3 horas en una región muy grande, cubriendo
esas transmisiones. ¿Le gusta ese trabajo, no?
JS:
Claro.
DE:
Somos
colegas.
JS:
¡Somos
colegas! Todo trabajo que tenga que ver con difundir aspectos, ideas, mensajes
de reivindicación popular que signifique luchar por favorecer a los más pobres,
debe ser agradable para cualquiera. Particularmente me siento complacido
estando en la Cadena Radial Voz de la Resistencia Bolivariana. Esa es una
suerte para toda la insurgencia. Uno podría decir que está entre los fundadores
porque así lo ha querido la organización, la dirección. Todos nuestros
compañeros que nos proyectan para otro trabajo como una tarea que se nos
coloca, pero en esto, está el esfuerzo de toda la organización. Entonces es
como usted dice, a la larga o a la corta se han hecho muchos esfuerzos todos
estos años pero particularmente después de la 8ª Conferencia y sobre todo desde
el año ’95 hasta acá se comenzó a hacer una experimentación a gran escala y todo
el país, con la señal VHF, que popularmente
conocemos como FM.
Se ha hecho una distribución general de esa
tarea a nivel nacional y acá en la costa caribe, dentro de esa dinámica, se
creó en el año ’96 la emisora Resistencia Caribe, que luego hizo parte de todo
ese conjunto de medios alternativos que nosotros manejamos. De revistas,
volantes, pegatinas, de señales de emisoras, en fin, hay mucha tarea
propagandística incluyendo la propaganda armada, y todo ese conjunto hace parte
de esa Voz que nosotros llamamos Resistencia.
Con esa "caja" se arma la emisora CRB en diez minutos en cualquier parte de la región. |
En el caso de las emisoras se ha colocado el
nombre de Cadena Radial Bolivariana
por los principios bolivarianos que nos inspira.
En el ’96 surgió esa cadena y ha tenido
altibajos. Ahora, con toda esa tecnología militar de punta que los gringos han introducido
en Colombia, nos toca cuidarnos mucho de los grandes transmisores que hemos
tenido que pasar a transmisores ágiles como los que usted dijo que vio en el
campamento.
Ahí seguimos la dinámica muy importante porque
es un contacto que tenemos con el pueblo y tenemos unos canales clandestinos
para también recoger sus inquietudes y lanzarlas por la Cadena Radial
Bolivariana que también tiene una presencia en Internet. Las 24 horas estamos
lanzando señal.
La Radio Móvil se instala en diez minutos
DE:
Con
ese equipo uno puede llegar también a los campesinos de las diferentes veredas
para entrevistarlos, conocer sus propios problemas que tienen. Allá en el
Bloque Sur, cuando hice la entrevista con otra emisora, la de Lucero Palmera, se
notaba que el campesinado y la población civil está muy interesada por
presentar sus inquietudes, sus problemas que están sufriendo en un país en el
que el estado los ha abandonado.
JS:
Bueno,
de hecho estos equipos móviles nos permiten instalar la emisora en diez
minutos, en el lugar que nosotros queramos y allí estamos rodeados de mucho
pueblo. Lo que no utilizamos es que los campesinos intervengan directamente en
la emisora, sino que traducimos lo que ellos nos expresan en formularios,
consignas, documentos, editoriales. Evitamos que lo hagan directamente por esa
persecución inmensa que en Colombia significa la muerte, la cantidad de fosas
comunes que están regadas a lo largo y ancho de la patria.
Entonces lo hacemos a través de una
interposición, de una interpretación documental que nuestros camaradas hacen,
pero la comunicación con la población es permanente.
Yo quisiera decir ahora, que usted menciona a
Lucero a quien recuerdo con mucho aprecio por todo el papel y la contribución
que hizo a la cadena Radial Bolivariana, quiero decir que uno de los fundadores
fundamentales de toda esta idea, al lado del comandante Jacobo y del comandante
Manuel que fueron sus artífices, es el camarada Simón Trinidad. Los primeros
transmisores en la costa caribe viajaron en los hombros del camarada simón.
Santos & Uribe
“cucarachas del mismo calabazo”
DE:
Si
yo digo Santos, qué dice el camarada Santrich. Algunos politólogos hablan de
que el es un ´Ángel de la Paz´ (se escucha la risa de Santrich) Otros, como
dice Piedad Córdoba, que es mil veces peor que Uribe. ¿Qué piensa el camarada
Santrich?
JS:
Yo
no se si mil o dos mil, pienso que son cucarachas del mismo calabazo. De ese
calabazo oligárquico que le ha entregado la patria a las transnacionales con
toda la extracción minera y con todos los proyectos neoliberales para los que
Colombia es una punta de lanza contra todo el continente. Pero de verdad que Santos
es sinónimo de terrorismo de estado y en eso no nos podemos engañar.
Cuando a Santos se lo coloca en un pedestal de
paz, es una falacia. Juan Manuel Santos es un instrumento de las
transnacionales, es un instrumento del imperialismo y por eso sus ideas de paz
siempre van a estar ligadas a una determinación mezquina que es la de exigir la
rendición de la guerrilla, la sumisión de la insurgencia y de la resistencia
popular. En general, como si el problema de la guerra y de la paz tuviera que
ver estrictamente con aspectos de orden militar y pasáramos por alto las
razones; las causas de fondo están en la miseria que padece el pueblo
colombiano.
Entonces mientras Santos no entienda eso, o
quizás lo entiende, pero mientras no admitan que resolviendo los problemas de
los colombianos, de esos 30 millones que están en condiciones de miseria,
mientras eso no se resuelva, en Colombia no va a haber paz.
Nosotros, las FARC tienen toda la disposición,
los brazos, el corazón abierto para hacer una aproximación, un diálogo que
tiene que ser de cara al país, con la participación de las comunidades. Pero
eso no es algo que dependa de nosotros solamente.
Santos cree que
depende solamente de su llave y que la tiene guardada ¿no se en que bolsillo? Este
proceso, si alguna vez se inicia, tiene que ser definido y conducido por las
mayorías de este país que son los pobres de Colombia.
Movilizaciones de las masas
DE:
Si
vemos también la situación actual en el país, parece también que si el pueblo
ha tenido miedo alguna vez, ahora se ha liberado de ese temor a enfrentarse a
ese poder fáctico. Vemos, por ejemplo, grandes movilizaciones en Puerto Gaitán,
o donde los sindicalistas se unen con la población civil en un solo puño contra
las transnacionales. Vemos también a indígenas, negritudes, población civil, en
el departamento de Chocó, contra las transnacionales, las mineras también
nacionales. Hay 1500 campesinos desde hace ya 4 meses que están ocupando
tierras donde el ejército pretende construir bases (en el norte de Cauca),
enfrentándose con el ejército. Hay múltiples acciones de las grandes masas en
todo el territorio nacional ¿Qué nos indica eso?
JS:
En
Colombia nunca ha cesado la acción de las masas, este pueblo colombiano es un
pueblo con mucha dignidad, lo que pasa es que han tratado de aplastar la
dignidad a sangre y fuego. Son miles y miles de muertos producto del terrorismo
de estado, son miles, también, los prisioneros políticos que sí, existen en
Colombia. La persecución, la muerte, el terror han llevado décadas en Colombia,
el pueblo siempre ha estado en resistencia. Lo que pasa es que los grandes
medios de comunicación ocultan esa realidad, por eso es tan importante la
existencia de medios alternativos que permitan observar cual es nuestra realidad.
Los obreros de Rubial Pacífico en Puerto Gaitan no se vacilan en sus reclamos. |
Que hay una alzada es cierto, pero ahí no
empieza la resistencia del pueblo colombiano, todo eso significa que hay una
crisis mundial de orden sistémico del capitalismo. Una crisis que los expertos
auguran como irreversible y dentro de esa crisis está también Colombia, donde
el laboratorio de experimentación del neoliberalismo lleva años profundizando
la miseria de este tiempo. Quizás, la expresión más terrible que hay es esa
situación de indigencia que viven más de 12 millones de colombianos, pero al
lado de ellos quienes están trabajando yo lo decía hace un momento, trabajan en
condiciones precarias y ese ejemplo que usted acaba de mencionar, el de Campo
Rubiales que es un campo de extracción petrolera que es el más grande del país
y que tiene ganancias multimillonarias, allí más de 12 mil trabajadores están
tercerizados y viven en condiciones peores que las que describe Gabriel García
Márquez en su obra insigne “Cien años de soledad”
Protestas y acciones de las masas en toda Colombia
Aquí se está peor que en esa época de la
United Fruit que también sigue explotando a los trabajadores y alimentando el
paramilitarismo
Esa situación de Campo Rubiales es una pequeña
expresión de lo que ocurre en el conjunto del mundo del trabajo en Colombia y
el pueblo, nuestro pueblo está inconforme, tiene una protesta en el sur, una
protesta en el occidente, en el oriente, en el Cerrejón, en las Aguas de
Ibirico, en las minas de oro en Antioquia, una protesta en el Quimbo.
Toda esta situación de depredación de los recursos
naturales que pretende, en rápido tiempo y en forma desbocada el imperialismo,
está colocando en una situación de miseria mayor al pueblo colombiano, la gente
no aguanta tanta opresión, tanto aplastamiento y bueno, en consonancia con lo
que ocurre en el contexto internacional, en Colombia también hay una
resistencia ocultada, vedada por los grandes medios de comunicación. Creo yo
que lo que requeriría es cohesionarla, los múltiples pedazos, los múltiples
actores juntarlos para hacer un gran levantamiento que uno es como que respira
y el aroma está ahí.
El pueblo colombiano no necesita la espuela de
nadie para encontrar el camino, pienso yo.
Y la insurgencia tiene que estar a la altura
de las aspiraciones de ese pueblo, no ser inferiores y coadyuvar también desde
la organización clandestina. Coadyuvar con el movimiento bolivariano porque en
el caso de las FARC nosotros contamos, además del partido clandestino, además
del ejército revolucionario que son las FARC y sus milicias, contamos con un movimiento
clandestino amplio que está en el seno de lucha popular haciendo su aporte. No
conduciendo, porque nosotros no tenemos esa intención vanguardista sino de
aportar al proceso de resistencia y de levantamiento de la dignidad de los
intereses del pueblo colombiano.
Entonces nosotros estamos ahí, eso se nota en
todos los sectores del movimiento social, los trabajadores del campo están en
resistencia. El movimiento estudiantil ha hecho unas expresiones maravillosas y
creativas de lo que piensa y siente y de su capacidad para ayudar a colocarle
un nuevo rumbo a este país por la senda de la igualdad y de la justicia social.
Nosotros confiamos en esa capacidad del
pueblo, creemos que podemos estar ahí construyendo y lo vamos a hacer.
“Neoliberalismo no avance a trocha y mocha”
DE:
Y
los medios de comunicación, Santos, los generales, ellos no tienen otra
explicación que detrás de esa inmensa ofensiva popular está justamente el
fantasma de las FARC. Incluso la Marcha Patriótica con 1700 organizaciones se concentró
el 23 de abril en la Plaza de Armas en Bogotá y también detrás de esa Marcha,
insinuaba que estaban las FARC y al mismo tiempo dicen que ustedes están
derrotados.
JS:
El
terrorismo de estado tiene esa particularidad, el carácter de estigmatizar para
luego proceder a aniquilar como se hizo con la UP. No sería extraño que ese
terrorismo de estado, en cabeza del presidente Santos, proceda contra
cualquiera de los movimientos organizados que hacen parte de la resistencia
popular en Colombia. Nosotros vemos con buenos ojos que existan organizaciones
como la Marcha Patriótica o como el Polo Democrático, o como la Minga Indígena;
hay tantas expresiones de lucha del pueblo colombiano que entre otras cosas son
diversas que nosotros nos encontramos complacidos de que el neoliberalismo no
avance a trocha y mocha por las ciudades de Colombia y sin dudas nosotros
también estamos en ese torrente popular.
Yo decía que este es un momento en el que ser
fariano no es agarrar solamente un fusil en la mano, sino compartir nuestros
sentimientos bolivarianos, compartir con nuestros sentimientos anti
imperialistas, eso significa, también ser fariano y dentro de esos 30 millones
de colombianos en condiciones de miseria y más allá con muchos sectores de
clase media y alta que tienen concepto de patria y que saben que la avanzada
imperialista que hay en Colombia es de sumisión de negación de los sentimientos
más profundos de nuestros independentistas. Ahí nosotros también estamos, hay
identidad de causa y no somos los culpables, más bien nos sentimos muy
satisfechos de que el pueblo colombiano tenga puntos de identidad, porque esta
es una organización popular y sería un exabrupto que entre los intereses de
reivindicaciones de las mayorías nacionales que claman por la justicia y la paz
no haya una identidad con nuestros propósitos y nuestros objetivos.
Eso es lo que yo pienso.
¿Cuántos presidentes más?
DE:
Bueno,
para clausurar esta entrevista, comandante, cuál sería el saludo al pueblo
colombiano, particularmente y al pueblo en general sobre esta montaña de
Colombia. Cuál es el mensaje ya celebrados los 48 años y luego de que han
pasado unos 20 presidentes y todos han dicho que en 3, 6, 18 meses “vamos a
acabar con la insurgencia armada en Colombia”
JS:
Antes
que nada yo quiero disculparme porque no soy muy bueno para hablar en las
entrevistas que me generan un poquito de nervios, (risas) a mi no me da miedo
decir que me da miedo.
Aquí estamos y he tratado de exteriorizar
algunas ideas, los sentimientos más inmediatos quizás sin razonarlos mucho pero
es lo que nosotros somos en general. Es lo que nosotros anhelamos, estamos
siempre muy apegados a los intereses de los más necesitados de los más
desprotegidos, con deseo inmenso de que esta guerra culmine una vez que se
terminen las causas que la han generado.
Nosotros no queremos la guerra, queremos la
paz, pero no la paz de los sepulcros sino la paz que indique la solución a esa
situación de miseria que viven nuestros hermanos y en general nuestros hermanos
a lo largo y ancho de esta Patria Grande Bolivariana de la América nuestra.
Esos son nuestros sentimientos, entonces yo debo decir que de ese sentimiento
algo puede tener seguro nuestro pueblo: que nosotros no vamos a traicionar esta
lucha
“Siempre convocando a la resistencia”
Y ese fin del fin de la insurgencia es una
ilusión vana del régimen de terror que impera en Colombia, es una propaganda
que apunta al corazón, a la conciencia, a los anhelos del pueblo colombiano
para desmotivarlo en su lucha. Hace varias décadas que están diciendo que ya
falta poco para derrotarnos y yo creo que lo van a seguir diciendo. Ojala que
sea por breve tiempo y que en ese breve tiempo se alcance la solución a los
profundos problemas que tiene el pueblo colombiano. Pero mientras éstos persistan
nosotros nos vamos a mantener en armas porque somos muy bolivarianos. No hay
mejor forma de alcanzar la libertad que luchar por ella. Consideramos que quien
esté en condiciones de entregar su vida por los intereses de las mayorías y no
lo haga, quizás está cayendo también en el plano de la criminalidad. Nosotros
vamos a estar siempre convocando a la resistencia y no a la sumisión, a la
lucha. Esa es nuestra convocatoria, a no bajar las banderas de la dignidad, a
no permitir que se siga irrespetando la patria, a decir que en Colombia esas
bases militares de opresión extranjera, imperialistas yanquis que existen,
tienen que salir porque el destino de Colombia debemos regirlo nosotros mismos
y no los intereses voraces de quienes explotan el oro, el carbón nuestra
biodiversidad y nuestro propio pueblo al cual le chupan la sangre como si
fueran vampiros. Entonces nuestro mensaje es de optimismo, de esperanza,
nosotros tenemos en nuestro corazón, más que en nuestras manos, el fusil. Tenemos
en nuestro corazón el convencimiento de la justicia, tenemos la certeza que
nada nos detendrá como decía el libertador “mientras el pueblo nos ame”.
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