lunes, 31 de diciembre de 2012

Desea delegación de FARC-EP un 2013 lleno de futuro y esperanza para Colombia

La guerrillera Sirlis y los comandantes Iván Márquez y
Jesús Santrich reciben la guerrillera holandesa Alexandra
Nariño (boina negra) en su arribo al aeropuerto José Martí
de la Habana el 5 de noviembre de 2012. Foto ANNCOL.


Por Prensa Latina

La delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en los diálogos de paz con el gobierno colombiano, deseó hoy en La Habana un 2013 lleno de futuro y esperanza para su país.
Esperamos que los cambios que tanto necesitamos sean una realidad para alcanzar una paz verdadera. Colombia lo necesita, Colombia se lo merece, afirman los delegados en un video de unos 10 minutos, difundido en su blog pazfarc-ep.blogspot.com.
En el mensaje de fin de año, la guerrilla reiteró su compromiso por construir una nación “libre, justa, soberana para todos los colombianos” y recordaron como, desde el 20 de noviembre último, declararon un cese unilateral de las hostilidades para que el pueblo pudiera tener unas festividades navideñas en paz.
A nombre de esa fuerza insurgente, el jefe de la delegación, comandante Iván Márquez, afirmó que desde La Habana -sede permanente de la mesa de conversaciones- continuarán trabajando en sintonía “con el clamor nacional que pide justicia social, soberanía y democracia verdadera”.
Esperamos que el 2013 sea un año de conquistas políticas, económicas y sociales a través de la lucha y la movilización, dijo.
El guerrillero Jesús Santrich ratificó que se encuentran en Cuba atendiendo al inmenso clamor de la gente más humilde para buscar una senda que permita la reconciliación de todos los colombianos sobre la base de construir la justicial social.
Sepan, afirmó, que en guerra o en paz, ojalá en paz y no en guerra, siempre nuestra inspiración es el pueblo y ese profundo sentimiento de amor hacia los desposeídos, nuestras armas son sus banderas.
El insurgente Ricardo Téllez, saludó a las “organizaciones sociales, las mujeres, los afrocolombianos, indígenas, sindicalistas estudiantes, y a toda Colombia”.
Al dirigir su mensaje a los prisioneros de guerra en cárceles de esa nación suramericana, el guerrillero Andrés París, reiteró que en la mesa de diálogos también luchan por su excarcelación.
Ustedes, subrayó, hacen parte sustancial de los temas que trabajamos día a día con los delegados del gobierno colombiano.
Por su parte, la holandesa Tanja Nijmeijer, conocida en la guerrilla como Alexandra Nariño, convocó a todos los jóvenes estudiantes a movilizarse para construir un mejor país.
Les mando un saludo a todos los colombianos, pero muy en especial un mensaje a los estudiantes: los movimientos estudiantiles que siempre han jugado un papel importante en la lucha de los pueblos del mundo, ustedes tienen que tener en la mente las ideas para construir un futuro mejor, los jóvenes somos los que hacemos el futuro.
Mientras, el insurgente Marco León Calarcá, expresó su deseo porque el 2013 sea un año de lucha, resistencia y de construcción de la paz.
La comitiva de las FARC-EP reiteró que todos sus miembros se sienten orgullosos de luchar por una Colombia en igualdad. Jamás traicionaremos los anhelos de los desposeídos, resaltaron.
Unos 30 miembros conforman la delegación de esa fuerza rebelde en los diálogos de paz, que se reiniciarán en el capitalino Palacio de Convenciones el próximo 14 de enero con el desarrollo agrario integral como primer punto de debate.
Las conversaciones cuentan con Cuba y Noruega como países garantes, y Venezuela y Chile como acompañantes.


viernes, 28 de diciembre de 2012

Video: ¡”Alfonso Vive”!

Así se llama un nuevo video&homenaje de las FARC a su comandante en jefe a un año de su muerte.  Esta realizado en las montañas del centro y norte del Valle del Cauca por la Compañía Víctor Saavedra de las FARC-EP.

Video:
http://youtu.be/y0L8KBiDLCY
Es un video de 43 minutos que explica y da los acontecimientos por qué el joven comunista y universitario se enroló en las filas guerrilleras de las FARC. No era de esos “revolucionarios de cafetines”, decía Carlos Lozano, director del semanario VOZ recientemente en una entrevista, sino un revolucionario fiel a los principios y las palabras hasta las últimas consecuencias.
La primera vez que conversé con el comandante Cano fue en Casa Verde durante el Acuerdo de Cese de Fuego de La Uribe en marzo-abril 1988. Se celebró la 2ª Cumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar con la participación de comandantes de los otros movimientos integrantes en la CGSB. Fue siempre agradable, sencillo y claro en sus declaraciones.
Recomiendo el video para entender a este comandante que dio su vida por la Revolución colombiana, igual como la dio el Che.
Dick Emanuelsson



Escribe Timoleón Jiménez: Los santos inocentes, así de sencillo




Por Timoleón Jiménez, integrante del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 28 de diciembre de 2012 / El 20 de diciembre de 2012 fue publicada a página entera en el diario EL TIEMPO la carta que FEDEGAN dirigió al señor Bruno Moro en particular, y a los ganaderos colombianos y opinión pública en general, a objeto de explicar su ausencia del foro sobre Desarrollo Rural Integral que se cumplía en la capital del país. La misiva tiene la virtud de expresar de manera franca el enfoque del gremio que la suscribe, lo cual resulta un importante aporte al desbroce de las causas del conflicto colombiano y al estudio de las fórmulas más justas para salir definitivamente de él.
De acuerdo con la versión de FEDEGAN, la fecha de hoy, 28 de diciembre, parece más que apropiada para representar el clamor de los santos inocentes del campo colombiano, según el cual lo vivido por su gremio representa un fenómeno de despojo masivo y verdadero genocidio. Es abiertamente conocido que las tierras dedicadas a la ganadería extensiva en Colombia sobrepasan por lo menos en diez veces las destinadas a la agricultura, protuberante realidad ignorada en la carta y que más bien trae a la memoria la fábula de Rafael Pombo sobre la pobre viejecita.
FEDEGAN cuenta aún con suficiente poder como para que su versión de la historia sea incesantemente difundida por la gran prensa, influencia de la que han carecido desde tiempos inmemoriales las grandes masas de campesinos, indígenas y mineros secularmente violentados. Este escrito, por ejemplo, no lo 4publicaría jamás EL TIEMPO. Pero no sólo los grandes ganaderos promovieron y financiaron el paramilitarismo para persistir con su vieja tarea expropiadora. También lo hicieron grandes compañías agrícolas y mineras. En vergonzante contubernio con la fuerza pública y buena parte de la clase política.
De lo que se trata ahora es de confundir las cosas. A los grandes ganaderos con los medianos y pequeños, a los poderosos empresarios del agro con el campesinado pobre, a los guerrilleros revolucionarios con los paramilitares sin entrañas, al desarrollo rural con el bienestar exclusivo de algunos, a los diálogos de paz con la rendición incondicional de la insurgencia. Una estrategia suficientemente conocida para evadir las responsabilidades directas en el conflicto. Mientras FEDEGAN y los otros implicados no las reconozcan y asuman, estaremos muy lejos de alcanzar la paz.
Con el argumento de que las FARC han destruido el campo durante más de medio siglo, FEDEGAN rechaza de plano que asuntos como el Desarrollo Rural y la Tierra sean negociados con nosotros. En realidad a las FARC, como lo sostuvimos desde la primera reunión con el gobierno, no nos interesa negociar nada en la Mesa de Conversaciones. Nunca hemos entendido la paz como el producto de un acuerdo de intereses entre el Gobierno y los guerrilleros, sino como el resultado del diálogo abierto con todos los sectores de la realidad nacional. Con esa perspectiva concebimos el foro de que tratamos.
FEDEGAN ocupa apenas un peldaño más alto que la posición oficial en torno al proceso de paz en curso. Su carta deja al descubierto que el gremio está pensando seriamente en reconvertir su actividad tradicional, amenazada por la lógica neoliberal de los tratados de libre comercio, a fin de ponerse a tono con las posibilidades de la creciente demanda mundial de alimentos y biocombustibles. Sus nuevas banderas son la gran agricultura empresarial de exportación y la ganadería moderna y sostenible, coincidiendo con el inocuo estribillo oficial de generar de este modo empleo y bienestar general.
Su carta pretexta que Desarrollo Rural no puede significar reparto de tierras destinadas a la proliferación de nuevos minifundios. Se trata es de crear condiciones para que los campesinos que tercamente aún sobreviven, puedan asociarse libremente con la gran empresa y obtener conexión con los mercados. Como quien dice, el burro amarrado expuesto al tigre. Su coincidencia con las locomotoras santistas es plena, con énfasis en que la restitución de tierras debe afectar exclusivamente a las que están en manos de narcotraficantes u organizaciones ilegales, mientras las demás deben permanecer intocadas.
Lo que les disgusta sobremanera es que se discuta ese asunto con las FARC. Su negativa de asistir al foro nada tenía que ver con que los acusaran allí de paramilitares y asesinos, cuestión que daban por descontada y que los tenía sin cuidado. Se relacionaba más bien con su desacuerdo en celebrar un evento así, capaz de despertar un sinnúmero de reclamaciones y aspiraciones sobre el destino del campo, completamente distintas a lo ya definido por el gobierno. ¿Para qué azuzar ante tanta gente el avispero de la inconformidad y la peligrosa cuestión de la redistribución de la tierra?
FEDEGAN no comparte que se les haya reconocido a las FARC un carácter deliberativo. Y mucho menos a todas esas organizaciones y personas que describe como de izquierda radical. ¿Para qué ir a repetir ante ese público tan refractario las propuestas que una y otra vez ha hecho al gobierno y que él no solamente conoce sino que ya implementa? Igual a como obraron las autoridades españolas frente al reclamo de los comuneros de José Antonio Galán, o el Frente Nacional ante los ruegos de los colonos de las zonas agrarias, de lo que se trata ahora es de imputar toda clase de crímenes a sus contradictores.
Y a eso se dedica FEDEGAN. A difamar con toda intensidad de las FARC-EP, para tapar con un dedo la irresistible radiación emitida por sus propias atrocidades. Claro que las FARC hemos apelado al uso de las armas, para defender nuestra vida y la de los miles y miles de colombianos agredidos y perseguidos por la violencia del Estado y sus grupos de asesinos encubiertos. Claro que hemos golpeado a los patrocinadores del paramilitarismo, a los sucesivos ejecutores del terror contra el pueblo colombiano. Y en ello hemos perdido miles de vidas. Y sufrido indeciblemente.
Como los centenares de miles de compatriotas que perdieron la vida sólo en el último cuarto de siglo a manos de la ofensiva terrorista del Estado. Como los millones de desterrados y despojados por la misma locura que hoy se viste de ley para culminar su obra. Si los señores de FEDEGAN adoptaron libremente la decisión de no asistir al foro sobre Desarrollo Rural Integral, las FARC-EP, que sí queríamos acudir, no pudimos hacerlo porque el gobierno nacional, en su particular manera de concebir la discusión democrática y la paz, se opuso terminantemente a ello. La única voz que al final cuenta es la suya.
La política de desarrollo rural del Presidente Santos, otro santo inocente, al igual que todas sus demás políticas, atiende solamente los intereses de un grupo selecto, ha sido concebida a espaldas de la mayoría de sus destinatarios y afectados. Creemos, al igual que muchísimos colombianos, que la voz de estos debe ser escuchada y atendida. La democracia y la paz significan eso, un foro permanente de discusión sobre el destino del país y la sociedad. Que se atienda y respete la opinión de la gente. Cuando eso suceda, habrá desaparecido por fin el conflicto armado en Colombia. Es así de sencillo, señores.

La Paz le pertenece al Pueblo: FARC-EP




Quizás uno de los aspectos más positivo que nos deja este 2012 que agoniza, es la apertura de la Mesa de conversaciones entre el gobierno y las FARC-EP, en La Habana. Se abre así la posibilidad de encontrar una salida civilizada al prolongado y doloroso enfrentamiento entre colombianos con todo lo que un conflicto de tal naturaleza representa. Llegar a este punto no ha sido fácil. Se trata de vencer la resistencia de sectores económicos, políticos, sociales y militares muy poderosos que apoyados en la intervención norteamericana, se niegan a aceptar la necesidad de una solución política para el conflicto social y armado que desangra al país, porque consideran que sin la guerra estaría amenazada su hegemonía de clase y por esa razón le temen a la paz; como dicen que le teme el diablo a la cruz.
Le temen a la paz porque saben que para llegar a ella se debe garantizar la justicia social, construir una verdadera democracia de esencia popular y recuperar la soberanía patria; y una paz así concebida significa el fin de sus privilegios, porque la justicia social no es otra cosa que la obligación del estado de garantizar derechos fundamentales como educación, salud, vivienda, pensiones a todos los nacionales, sustrayendo tales derechos de las manos de la empresa privada a quien se los entregaron para convertirlos en negocios rentables a costa del drama que significa para millones de colombianos verse privados de los mismos, por no tener con qué comprarlos; saben que una verdadera democracia implica participación popular en las decisiones fundamentales, en la planeación de la economía, la política, lo social y las relaciones internacionales, es decir el fin del predominio que ejercen mediante el aplastamiento del contrario por la vía de la fuerza y saben que un régimen de dominación política, violento y criminal como el que regentan, solo se puede mantener por medio de la fuerza y para eso necesitan la guerra y el apoyo de los Estados Unidos, a cambio de empeñar la soberanía y permitir el saqueo de nuestros recursos naturales. Por eso no es cierto, como quieren hacer ver a través de sus medios de desinformación, que la apertura de los diálogos sea una dádiva del gobierno y una última oportunidad para la insurgencia producto de su generosidad. Nada más lejano de la realidad. Si la Mesa de La Habana existe hoy en día es gracias a la persistente lucha de millones y millones de colombianos, que mediante las más diversa formas de resistencia no nos resignamos a que la guerra fratricida, decretada desde el poder, sea el destino último de las próximas generaciones de compatriotas. Dos cosas ciertas hay en torno a esta cuestión. Una es la responsabilidad primera de la clase dominante en esta guerra que nos desangra desde hace décadas y segunda, que solamente el pueblo está en capacidad de imponer por la fuerza de su movilización, el fin del enfrentamiento cuyos únicos beneficiarios son una indolente minoría de privilegiados.
Tampoco es cierto que el dueño de la paz sea el presidente Santos, como parece que lo considera desde la grotesca arrogancia propia de la oligarquía colombiana. Acostumbrado desde la cuna a ver satisfechos sus caprichos, basta escucharlo decir en tono imperativo y en forma de ultimátum que si la Mesa no avanza como él desea, no tendrá ningún problema en levantarse de la misma, ahogando en sangre las esperanzas de millones de colombianos humildes que padecen en la carne y el espíritu las consecuencias del conflicto. Para la burguesía es fácil decretar la guerra porque para ellos la misma es la condición esencial para sostener sus privilegios, gracias a ella han podido mantenerse en el poder frenando a sangre y fuego las transformaciones que las fuerzas progresistas de la nación reclaman. Muy poco o nada los afecta la confrontación. Finalmente los combatientes muertos en las filas de las fuerzas armadas oficiales y en las de la insurgencia son hijos del pueblo, como lo son los dirigentes sindicales y populares asesinados en esa otra forma de la guerra que llaman sucia y también los campesinos, indígenas y afros desplazados de sus tierras por las bandas al servicio del narco- para- latifundismo y de las compañías transnacionales, así como lo son las comunidades que hoy ven amenaza su existencia por la arremetida de la locomotora minero-energética contra sus territorios.
Por nuestra parte, sin temor a equivocarnos, podemos decir que la paz le pertenece al pueblo y su conquista no podrá ser sino obra suya. Esta verdad tan simple es necesario no olvidarla porque lo que está en juego es nada más y nada menos que el destino de la patria, con todo lo que ello significa. Es vital entender la Mesa como el escenario donde se enfrentan dos visiones diametralmente opuestas de país. La tradicional que ha imperado desde cuando una mezquina minoría frustró el sueño del Libertador en los albores de nuestra nacionalidad y la otra; la idea de nación que emerge como construcción y sueño colectivo del sudor y la sangre de millones de compatriotas.
Es importante tener en cuenta que, como pocos, el año que se inicia, será decisivo para el futuro de Colombia. De un lado de la Mesa, ya el establecimiento ha venido hablando por boca de sus voceros y de qué manera. Presidente, ministros, gremios, directores de medios de comunicación, congresistas de los partidos de la coalición de gobierno, opinadores y expertólogos pagos, algunos altos mandos militares, el jefe de la delegación de gobierno en La Habana. Todos a una, repiten en coro: Esta es la última oportunidad, si no aceptan las generosas condiciones de la sociedad serán aniquilados, el modelo económico no está en discusión, el sistema democrático no es negociable, las reformas que requiere el país ya están siendo discutidas por el Congreso, la seguridad inversionista y los derechos del capital están garantizados, si las FARC aspiran a algunos cambios deben entregar las armas, desmovilizarse y cuando sean elegidos por las mayorías podrán hacer los cambios que quieran y un larguísimo etcétera que desnuda de pies a cabeza la verdadera catadura de la clase dominante. La reciente aprobación del TLC con la Unión Europea, del fuero militar, la reforma tributaria y los anunciados incrementos del presupuesto de guerra, el píe de fuerza y todo el demagógico y reaccionario paquete de leyes y reformas impulsado desde el gobierno ratifican el rumbo por el que pretenden mantener el país.
Por esto, las FARC-EP, al saludar a los colombianos al inicio del 2013 no puede más que convocarlo a que asuma un papel protagónico en ese escenario de discusión de los grandes temas nacionales que es la Mesa de conversaciones, algo que sabemos no podrá conseguirse sino a través de su propia movilización y lucha, única forma de romper el aislamiento y la distancia que busca imponer el gobierno a la Mesa respecto del país nacional. Requisito indispensable para avanzar en esa dirección es la convergencia de los distintos sectores alternativos, de las diversas formas de resistencias que mediante variadas formas de acción de masas se han venido oponiendo al modelo oligárquico y anti patriota imperante. Que se escuche al otro lado de la Mesa. Que junto a la insurgencia, el pueblo tome la palabra. Que la otra visión de país haga escuchar su voz: trabajadores, campesinos, desplazados, indígenas, afros, mineros artesanales, jóvenes, estudiantes, defensores de derechos humanos, partidos y movimientos políticos distintos a los tradicionales, las iglesias, organizaciones sociales, personalidades democráticas, mujeres y hombres del común, la comunidad LGBTI; todos, absolutamente todos los matices que integran el arco iris de nuestra nacionalidad deben estar allí presentes, si de verdad lo que se pretende es la construcción de una paz estable y duradera. Entender que no se trata solamente de solicitar al gobierno que permita su participación, se trata de imponer este derecho mediante la movilización de todos los sectores interesados en la construcción de una verdadera paz con justicia social, democracia y soberanía. Que se abra la Mesa a la participación de todos aquellos interesados en la reconstrucción del país, que confluyan en un solo proceso las conversaciones con todos los grupos insurgentes, que se posibilite el más amplio y democrático intercambio entre los colombianos y el resultado sea un nuevo contrato social que refleje la diversidad y riqueza de nuestra nacionalidad. Solo así, estaremos cimentando sobre bases ciertas una nueva Colombia.
Alcanzar la paz es una necesidad inaplazable para Colombia. Por esto, no podemos permitir que los afanes electorales del gobernante de turno primen por sobre el interés de todos los colombianos; poner plazos perentorios no solo no es realista, es una actitud criminal. La paz es el bien más preciado de una nación. La paz le pertenece al pueblo y su misión histórica es imponerla a quienes insisten en el camino de la guerra. Esa debe ser la tarea central que cope la agenda de todos los colombianos en el año que comienza. Desbordar con una masiva participación los escenarios convocados por la Mesa e imponer la paz a los enemigos del pueblo mediante la movilización y lucha en las calles y carreteras del país.
Y junto a nuestro pueblo, a ese empeño, estarán dedicados todos los esfuerzos, toda la voluntad, todo el trabajo de los combatientes farianos, a lo largo y ancho del territorio nacional. Nuestra vocación por la paz, hoy testimoniada en la orden unilateral de cese al fuego por 60 días, se levanta como muralla frente a los que insisten en el camino de la guerra, seguros como estamos que la paz con justicia social, democracia y soberanía, es el mayor anhelo de los colombianos, su necesidad más imperiosa, la más revolucionaria de todas sus aspiraciones. Esa es la senda que desde 1964 nos dejaron trazada los indómitos marquetalianos.
¡Por la paz con justicia social, democracia y soberanía! Movilización y lucha de masas.
¡Somos FARC, Ejército del Pueblo!
Montañas de Colombia, diciembre de 2012.

Saludo de Año Nuevo para el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia




Con renovado optimismo en el futuro de Colombia, el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia le desea a todos los integrantes de los núcleos, grupos de trabajo, y colectivos bolivarianos; a los bolivarianos y bolivarianas de corazón; y al pueblo colombiano sin distingo alguno, un saludo ferviente con los mejores deseos para el año 2013.
Este 2012 que termina ha sido un año de intenso trabajo para quienes trabajamos por la paz con justicia social. En las trincheras guerrilleras, en los pasillos de la academia, los lugares de trabajo, las esquinas del barrio, las veredas y corregimientos rurales, se redoblaron los esfuerzos por la construcción de la unidad popular, premisa de todo cambio y transición democrática en nuestro país.
Centenares de patriotas, de manera abnegada y desinteresada estuvieron presentes en las diversas labores de organización, movilización, formación y gestión de la anhelada Nueva Colombia en la que depositamos todas nuestras esperanzas.
Recibamos este 2013 con la alegría propia de nuestro pueblo. Con esa misma alegría afrontemos las nuevas tareas que se nos vienen, teniendo como horizontela paz con justicia social.
Para todos y todas: ¡Colmemos el 2013 de una amalgama de luchas populares, por la paz, por la dignidad, la soberanía y la justicia social para nuestro Pueblo!

Pablo Catatumbo
Jefe Nacional del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia.
Diciembre 26 de 2012.

Saludo de Año Nuevo para la militancia del Partido Comunista Clandestino Colombiano



Camaradas:

El Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP, saluda a todos los militantes, organismos de base y de dirección del Partido Comunista Clandestino Colombiano, PCCC.
Como organismo superior de dirección del PCCC hacemos llegar a cada célula los mejores deseos para el entrante 2013 que, indudablemente, estará marcado por la profundización de la lucha de masas y los esfuerzos de todos los colombianos por alcanzar una paz democrática, con dignidad y justicia social que es el mayor anhelo de todos los colombianos.
Que estas festividades de fin de año sirvan de escenario propicio para el balance crítico y autocrítico de los planes de trabajo de los organismos respectivos, así como para el estudio individual y colectivo de los clásicos y de nuestra línea política, que hacen parte de los planes de estudio de nuestro Partido, y de la realidad y coyuntura que nos circunda.
Un militante comunista ha de caracterizarse por ser un revolucionario integral, con permanente preocupación por cualificarse y crecer en su labor.
1
El fortalecimiento del trabajo de masas debe seguir siendo prioridad de nuestra actividad como revolucionarios. Debemos tener siempre presente que ese trabajo se concreta y se materializa con el ejemplo individual de los dirigentes. Por ello, hemos de esforzarnos día a día en ser coherentes y consecuentes con la política de nuestro Partido, en ser cada vez mejores revolucionarios, cada vez más capaces, más dignos y más ejemplares ante nuestro pueblo.
Sabemos y reiteramos que la labor partidaria en las actuales condiciones nos impone un riguroso acatamiento a las normas del trabajo clandestino, el respeto al secreto, a la compartimentación y a la verticalidad.
Llamamos a hacer de estos principios la guía de nuestro accionar cotidiano. Pasarlos por alto implica poner en grave peligro el trabajo denodado y sacrificado de miles de militantes de todo el país, así como brindarle triunfos fáciles al enemigo.
Enfrentemos este año que comienza con la entereza de quienes propendemos por la transformación de la patria, con el sustento del marxismo leninismo y el pensamiento bolivariano. Con el ejemplo de quienes nos han trazado el camino: Manuel, Jacobo, Raúl, Iván, Alfonso y Jorge.Con la convicción de quienes hemos jurado vencer y venceremos.
¡Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo!
ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
Montañas de Colombia, Diciembre de 2012.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Comunicado N° 8







A lo largo de estos días avanzamos en la discusión del punto uno de la Agenda del Acuerdo General “Política de Desarrollo Agrario Integral”, en la búsqueda de soluciones para contribuir al desarrollo y a la superación de la desigualdad del campo colombiano. Se escucharon expertos y personas vinculadas al sector rural, en el marco de las consultas directas pactadas en el Acuerdo.

Comunicado #8

La Habana, 21 de diciembre de 2012

Las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP, informan que:

A lo largo de estos días avanzamos en la discusión del punto uno de la Agenda del Acuerdo General “Política de Desarrollo Agrario Integral”, en la búsqueda de soluciones para contribuir al desarrollo y a la superación de la desigualdad del campo colombiano. Se escucharon expertos y personas vinculadas al sector rural, en el marco de las consultas directas pactadas en el Acuerdo.

Agradecemos las numerosas propuestas enviadas a través de la página de internet de la mesa de conversaciones, www.mesadeconversaciones.com.co, e invitamos a que se continúe participando a través de este mecanismo.

Las delegaciones celebran el éxito del Foro “Política de Desarrollo Agrario Integral (Enfoque Territorial)”. La participación ciudadana fue plural, organizada y tolerante; las propuestas serán útiles para nuestras discusiones.

Cada delegación quedó con tareas relacionadas con el Punto 1 de la Agenda del Acuerdo General, con el fin de estudiar en enero próximo las propuestas concretas que nos permitirán esbozar acuerdos.

Las conversaciones entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP han transcurrido en un ambiente de respeto y espíritu constructivo.

Agradecen a los Gobiernos de Cuba y de Noruega que como garantes han realizado un diligente papel. De igual manera, agradecen a los Gobierno de Venezuela y de Chile por su acompañamiento a estos esfuerzos.

Para continuar las conversaciones nos volveremos a reunir en La Habana el próximo 14 de enero de 2013.


--
Publicado por cambio total en CambioTotalRevista el 12/27/2012 01:53:00 p.m.






Un balance de 2012. Las FARC-EP: Reingeniería militar y política

Guerrilleros en la trocha


Por Carlos Medina Gallego / Jueves 20 de diciembre de 2012 


Una nueva dinámica que tomó el conflicto armado en el país durante el 2012 en los aspectos militar y político, ha generado un punto de inflexión, que hoy en medio de un optimismo moderado y un escepticismo extremo, adquiere forma en la dinámica con que se vienen desarrollando la mesa de conversaciones de la Habana, entre el gobierno Nacional y las FARC-EP. Un balance sobre lo ocurrido durante el año ayuda a entender las razones por las cuales, gobierno y guerrilla deciden contra todo pronóstico iniciar de manera tan temprana, en la administración Santos, acercamientos discretos y conversaciones.
Quisiera desarrollar en este artículo tres ideas centrales:
1. La ofensiva militar desarrollada por la fuerza pública a través de la política de la seguridad democrática, inicialmente, y luego, con los ajustes que ésta tuvo en el modelo de la seguridad para la prosperidad del presidente Santos, le proporcionaron al Estado Colombiano una victoria táctica sobre la insurgencia de las FARC, pero no lograron, a pesar de la importancia de la misma, consolidar una victoria estratégica que hicieran efectivo el anunciado fin del fin de la confrontación, por la vía militar, destruyendo la capacidad operativa y organizativa de la insurgencia.
2. Las FARC vieron transformarse la modalidad táctica y operativa de la fuerza pública y sintieron estremecer sus estructuras organizativas y de mando en una ofensiva que modificó sustancialmente la correlación de fuerzas en el campo militar y transformó en lo esencial las lógicas organizativas y de autoridad interna, así como su modelo de operatividad.
3. El inicio de las conversaciones representa para las FARC una victoria táctica en el campo político frente al gobierno y, para este, una apuesta a la consolidación de la victoria militar estratégica en el escenario político. La guerra vuelve a asumir su forma política.
Victoria táctica sin consolidación estratégica Comencemos por formularnos unas preguntas orientadoras: ¿cuál es el estado actual de la guerra que “obliga” a las partes a pensarse en términos de un proceso de solución política al conflicto armado?; ¿Por qué el gobierno del presidente Santos, desiste de la idea de la victoria militar sobre la insurgencia y decide establecer relaciones y conversaciones con la FARC-EP colocando todo su capital político y su posible reelección, en ese proceso?; ¿En qué estado se encuentran las FARC-EP que resuelven atender el llamado del gobierno nacional de explorar una camino de solución política para el conflicto?
Existen distintas explicaciones a estas preguntas; las que acá se dan son el resultado de los trabajos de investigación y seguimiento que hacemos al conflicto armado desde el Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa de la Universidad Nacional de Colombia, que se ha dedicado en los últimos años a estudiar cada uno de los actores armados y las dinámicas propias del conflicto colombiano.
Lo que nos está mostrando la investigación y los análisis es que el conflicto se encuentra en un punto de inflexión importante en el cual los actores deben tomar decisiones transcendentes, relacionadas con sus proyectos políticos estratégicos y los mecanismos y medios para alcanzarlos: la guerra ha llegado a un lugar en donde las partes han entendido que no se van a derrotar mutuamente, que ninguno va a alcanzar la victoria definitiva sobre su adversario y que, intentarlo, significa conducir al país a un siglo más de guerra, con un agravante: ni social, ni política, ni económica, ni militarmente el país aguanta un periodo más largo de confrontación, con un alto costo en vidas, desarrollo, inversión social y democracia.
La idea de la victoria definitiva sobre la insurgencia ha cedido terreno durante la administración Santos, porque este ha visto llegar a su agotamiento los logros de la política de seguridad democrática y de la prosperidad. Sus estadísticas han comenzado a mostrar un creciente reactivamiento de la capacidad operativa de la insurgencia, como resultado de los aprendizajes que han adquirido para confrontar las nuevas modalidades operativas en los campos de la inteligencia militar y técnica y el combate aéreo.
Con el comparativo de hechos, vemos que entre enero y octubre del 2012 no hubo un solo mes en donde los actos de guerra de la insurgencia no hubiesen superado los realizados en el año anterior; comienzan a disminuir cuando se hacen públicas las conversaciones y seguramente llegarán a su punto más bajo de parangón por la decisión unilateral de las FARC-EP, de hacer un cese al fuego a partir del 20 de noviembre y hasta el 20 de enero de 2013.
Entre enero y octubre, en las estadísticas de logros del Ministerio de Defensa se reporta un incremento de las acciones de la insurgencia en un 53%, en relación con el año inmediatamente anterior. Esto significa que se pasó de 472 acciones de guerra, para el este periodo en el 2011 a 716 acciones en el 2012. Las estadísticas oficiales igualmente muestran un incremento de las acciones de la insurgencia contra la infraestructura y en particular contra la industria petrolera, la que vio afectar sus oleoductos con 142 acciones en el 2012, en relación con los 52 atentados del año anterior, lo que representa un crecimiento de 173%.
Los partes de guerra de las FARC-EP informan de las acciones de hostigamiento, sabotaje, ataques a patrullas del ejército y la policía, voladura de oleoductos, detonación de minados, prácticas de francotiradores, maniobras antiaéreas, entre otras acciones de guerra, desarrolladas por las estructuras de los Bloques Sur, Alfonso Cano, Jorge Briceño, Magdalena Medio, Martin Caballero y sus correspondientes columnas móviles, en los departamentos de Arauca, Meta, Vichada, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Huila, Tolima, Cundinamarca, Antioquia, Santander, Norte de Santander, Guajira y Bolívar, con distintos grados de intensidad e incidencia. Los reportes muestras que la mayor intensidad del conflicto se localiza en el sur-occidente del país, en Nariño y Cauca, que se han convertido en el laboratorio de guerra de las FARC-EP.
Las estadísticas oficiales muestran una variación significativa en los resultados de las acciones de la fuerza pública en los indicadores de la confrontación; disminuyeron las desmovilizaciones en un 28%, pasando de 1.314 entre enero-octubre de 2011 a 943 en el mismo periodo en el 2012; las capturas y los muertos en combate apenas crecieron ligeramente durante el presente año en un 18% y 11%, respectivamente. La situación de las Fuerza Pública en términos de bajas, si bien mejoró, no deja de ser preocupante, durante el 2012, entre soldados, policías, oficiales, suboficiales arrojó como resultado 336 muertes en cumplimiento del servicio y dejó 1.983 bajas vivas (heridos), de los cuales 211 producto de minas antipersonales y explosivos abandonados que afectaron igualmente a 151 civiles. En general, el incremento de bajas vivas fue del 9% en comparación con el año anterior.
La fuerza pública también ha tenido que enfrentar una creciente presión jurídica como consecuencia de las formas “anómalas” de las operaciones militares que afectan profundamente la situación de derechos humanos y el derecho internacional humanitario, lesionando gravemente los derechos de la población civil; los falsos positivos, son solo una de las muchas formas anómalas que han colocado a oficiales, suboficiales, soldados y policías frente a los tribunales y en las distintas cárceles militares y administrativas del país. Se dice por parte de los organismos de derechos humanos, que se adelantan más de 1850 procesos contra miembros de la fuerza pública que involucran a más de cuatro millares de militares. Es tal vez de esta situación crítica que surge la idea de la ampliación del fuero militar.
En síntesis, lo que se nota es que hay un claro reactivamiento de la capacidad operativa de la insurgencia, que hace evidente los aprendizajes en la confrontación militar y la puesta en práctica de nuevos laboratorios de guerra en el suroccidente, centro y oriente del país.
Sin embargo, la mayor preocupación que existe en el desarrollo de la confrontación por parte del gobierno, no solo son los resultados obtenidos que comienzan a precarizarse en la relación costo-beneficio, sino los límites de crecimiento y modernización que enfrenta el sector de la defensa en materia presupuestal para el manejo de la economía de la seguridad. De continuarse la guerra, ésta aumentará, sin mayores resultados definitivos, los costos y el mantenimiento del conflicto a un sacrificio cada vez mayor del presupuesto destinado a inversión social.
Existe una nueva percepción de los altos mandos de la fuerza pública en relación con el conflicto armado; sectores importantes de la institución militar han contemplado la idea de la necesidad de encontrar una salida negociada. Hay una tácita aceptación de la imposibilidad de la victoria militar estratégica. Esto no significa que su discurso y práctica de guerra contra la insurgencia no mantenga el vigor que adquirió en los últimos años. Resulta saludable para el país, la actitud asumida por la fuerza pública en relación con el proceso en curso del gobierno con las FARC-EP, así el Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón Bueno mantenga su radicalidad verbal frente a los medios cada vez que la fuerza pública recibe un golpe.
Ningún analista se atrevería a decir hoy que los esfuerzos realizados por el gobierno nacional y la fuerza pública contra la insurgencia no han sido exitosos y cambiaron significativamente la correlación de fuerzas en la confrontación armada; pero, son muy pocos los que se arriesgan a decir que se puede alcanzar la victoria militar definitiva contra las FARC-EP y persisten obstinadamente, en llevar el país a una nueva guerra augurándole un estruendoso fracaso al proceso de la Habana. El gobierno nacional parece haber entendido que el desarrollo superior de la guerra está en el escenario político y es allí donde se alcanza la victoria estratégica de una paz duradera y estable para el país y le ha apostado a ello.
Las FARC-EP : de mandos verticales a direcciones colectivas
Uno de los mayores avances que tiene un ejército en el desarrollo de la guerra es saber exactamente cuál es su situación en relación con la dinámica de la misma y tomar las decisiones pertinentes para superar las adversidades y garantizar el logro de sus propósitos en la justa proporción que le posibilita la confrontación.
Las FARC-EP han reconocido la capacidad de su adversario, han aceptado la dureza de los golpes recibidos, han ajustado sus estructuras de mando y organización a las nuevas modalidades de combate que están enfrentando y han hecho los aprendizajes de guerra a un costo altísimo en vidas y experiencias de conducción.
Diez años de confrontación, con grandes pérdidas en hombres en una modalidad de guerra en donde la mayor parte de los muertos nunca entra en combate y donde dirigentes históricos desaparecieron bajo el accionar de la fuerza pública, obliga a la organización a desarrollar una reingeniería organizativa, militar, política y social para poder sobrevivir a la ofensiva y colocarse en un lugar de no aniquilamiento y re-oxigenación. Ese aprendizaje, las FARC-EP, lo hace en un ambiente de deslegitimación nacional e internacional agenciado por el gobierno anterior y actual, con ayuda de los medios de comunicación y, en parte, por su propio comportamiento erróneo.
Pero la ofensiva institucional no solo obliga a la organización a hacer las transformaciones y ajustes organizativos y tácticos para enfrentarla, sino que origina un nuevo orden de legitimidades en la conducción de la misma, que se comienza a notar durante la comandancia de Alfonso Cano y se evidencia en la actual comandancia de Timoleón Jiménez. El régimen de autoridad se transforma; la estructura de mando vertical que prevaleció durante la hegemonía de Manuel Marulanda y habían podido sostener enfoques tradicionales como los de Reyes y Briceño, llega a su fin con la desaparición de éstos; la nueva generación de mando se coloca frente a la organización con un orden de legitimidades mas horizontal, donde si bien, se respeta la estructura de mando jerárquico, la dirección de las FARC-EP se hace más colectiva, porque las cabezas visibles se hacen equivalentes y no resulta sencillo dar órdenes a un similar sin correr el riesgo de que se fracture la relación mando-obediencia y se produzca una federalización de la organización. Para decirlo de manera directa, todas las cabezas visibles del Secretariado se encuentran en la misma línea de legitimidad y se consideran en una relación de iguales. En esta guerrilla se ha producido el paso de mandos verticales a mandos colectivos por el fenómeno de horizontalización de legitimidades...
Esta situación de dirección colectiva genera una nueva dinámica en la organización en la cual empiezan a expresarse matices, diferencias de enfoque e incluso contradicciones sin que por ello se produzcan rupturas, pues en su conjunto la dirigencia entiende la fortaleza de la organización en su cohesión interna, pero debe ensayar nuevos modelos de relacionamiento democrático, de acuerdos y consensos. En estas condiciones, un valor agregado del proceso, es que la dinámica política se viene imponiendo sobre la militar.
Las FARC-EP se están transformando realmente, a su interior se están produciendo innovaciones organizativas, convergencias unitarias, nuevos imaginarios políticos, direccionamiento y disciplinamiento social y político de sus bases, unidos a una relativa ortodoxia política y a un profundo pragmatismo político y operativo en el marco de un nuevo enfoque táctico que sitúa al centro la acción política.
En los últimos meses del 2011 y durante el primer semestre del 2012, la organización logra ubicarse en un lugar lo suficientemente seguro como para tomar la decisión de involucrarse en un proceso de paz, que guardando todas las reservas que se quiera, les puede permitir argumentar que el conflicto se encuentra en un empate positivo en el cual las partes se pueden dar cita para conversar sobre un acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
El Acuerdo General, un reflejo de la correlación de fuerzas en la guerra
La etapa de acercamiento discreto, la elaboración de una agenda y el inicio de un proceso de conversaciones resulta para ambas partes una victoria política y la expresión de ese empate positivo, el que hay que entender, no como la equivalencia en la correlación de fuerzas en el campo militar, sino como la confluencia de circunstancias, propósitos e iniciativas en el escenario político en torno a un interés común: la PAZ.
Entre el 23 de Febrero y el 26 de Agosto de 2012, comisiones del gobierno nacional y de las FARC-EP, se reúnen en la Habana con la participación de los gobiernos de la República de Cuba y Noruega como garantes y, el apoyo del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, como facilitador de logística y acompañante. De esa fase exploratoria sale el Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera que dota al proceso de un manifiesto de voluntades, agenda de conversaciones y reglas de funcionamiento básicas, que el gobierno y FARC-EP, dan a conocer ampliamente al país.
El 18 de Octubre del 2012 se da la instalación formal de la Mesa de Conversaciones en Oslo, Noruega, con la intervención del representante de la delegación del Gobierno de Colombia, Humberto de la Calle Lombana y, el jefe de la delegación de las FARC-EP, Iván Márquez. Los discursos plantean lo que tenían que decir y van dirigidos a distintos auditorios para llenar de confianza el proceso y de seguridad a la nación. No obstante, las posturas extremas de inmovilidad absoluta de los modelos y de cambios absolutos de las estructuras, los discursos y las ruedas de prensa lo que reflejan son las razones del conflicto y las urgencias de su superación.
En el caso de las FARC-EP, el discurso de Iván Márquez, se dirige a la comunidad internacional para posesionar el carácter político y revolucionario de la organización, al país para señalar las razones y los retos del conflicto y a sus propias militancias para disipar inquietudes y fortalecer la cohesión organizativa interna. La intervención del Gobierno, no es por diplomática menos radical, en particular su defensa irrestricta de los modelos económico y de seguridad. Pero más allá de esos discursos que fueron lo que tenían que ser, está la agenda de conversaciones que constituye un acuerdo político sin precedente, con un alto grado de racionalidad y pragmatismo político que refleja en profundidad, la correlación de fuerzas de la confrontación militar.
Siete meses de conversaciones preliminares en más de medio centenar de reuniones van depurando el Acuerdo General, no solo en su contenido y alcances, sino en el sentido de cada uno de sus términos, de tal forma que el mismo adquiere la justa dimensión de los intereses de las partes como reflejo de las posibilidades reales de lo que el estado del conflicto les permite. El acuerdo es el término medio necesario en el cual Gobierno y FARC-EP, ceden hasta quedar tranquilos, sin haber quedado satisfechos, pero con la certeza de no haber renunciado a los principios esenciales y haber puesto por encima el interés supremo de la paz.
El Acuerdo General recoge las experiencias y aprendizajes de los procesos anteriores dados entre Agendas Abiertas y Cerradas y conversaciones en medio del conflicto. Tiene un punto de agenda abierta que busca englobar la solución de los problemas estructurales del conflicto articulado al desarrollo agrario y cinco puntos de agenda cerrada relacionada con la terminación del conflicto y la normalización institucional y política del mismo.
El acuerdo contiene la totalidad de la agenda social y reivindicativa de las FARC-EP, desde el programa agrario del 1964, acompañado por una propuesta de ampliación y profundización de la democracia política, unido al plan desarrollo del gobierno Santos y la responsabilidad del estado de atender los derechos de las víctimas. Es un acuerdo pragmático, que surge en marco de una realidad nacional e internacional que favorecen la finalización del conflicto armado.
La sociedad colombiana tiene que hacerse a la idea de las posibilidades reales de este proceso y no llenarse de expectativas que posteriormente conduzcan a desilusiones colectivas. La mesa de conversaciones de la Habana no es una mesa de negociaciones. Allí de lo que se trata es de establecer acuerdos políticos lo suficientemente claros y asumidos como compromisos para que tengan curso en la definición de una política pública reformista, adquieran la forma de leyes y decretos, planes y programas de desarrollo y, proyectos productivos y de bienestar. Un acuerdo que contribuya a la profundización de la democracia y a la convivencia política y social, sin las incertidumbres y zozobras que actualmente vive la población.
Todos los procesos se mueven entre la esperanza y el escepticismo, la primera tiene que sobreponerse al segundo, los amigos de la paz a sus enemigos, el interés público general al particular.
La fortaleza del gobierno se mide en su convicción para sacar adelante el proceso, sin sentir que está renunciando a nada y sin atender la retórica opositora que sindica al gobierno de estar entregando lo logrado y claudicando ante la subversión. La de las FARC-Ep en entender el momento histórico y adoptar las decisiones correctas para mantener en alto sus banderas sin renunciar a su conquista en el camino de las revoluciones democráticas.
Un proceso de paz exitoso es aquel que se da en el marco de un cortejo de seducción política en el cual las partes terminan enamorados del propósito común de la paz trabajando juntos; es un acuerdo para la reconciliación y la convivencia pacífica en un universo de transformaciones democráticas.
Lo peor que le podría pasar al país es que cada una de las partes tuviese un PLAN B.
Publicado en Prensa Rural

martes, 25 de diciembre de 2012

Saludo desde Nicaragua de las guerrilleras Susana y Diana de las FARC-EP

La guerrillera Susana (Marta Pérez) tres años antes el bombardeo del campamento
del comandante Raúl Reyes. Ahora Susana y la otra guerrillera sobreviviente Diana,
viven exiliadas en Nicaragua Sandinista.



Desde el exilio en Nicaragua, les enviamos una Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo 2013 con fervor revolucionario y firmes de convicción, les decimos a todos nuestros, camaradas amigos y pueblo en general que el Año Nuevo sea la luz de la esperanza que
Brilla con optimismo y madures por las sendas de paz con verdadera justicia social.
Invitamos a todos los sectores de la sociedad civil a hacer parte de tan importante momento histórico para Colombia y la región latino americana y caribeña, apoyar el camino através del diálogo de paz que hoy se desarrollan en la Habana (Cuba) y darle una salida política y pacífica, al conflicto interno que padece nuestro amado país por casi medio siglo.
Pueblo colombiano a movilizarnos, y alzar las banderas de la reconstrucción y reconciliación nacional y unir nuestras voces en pro de la construcción de la nueva Colombia donde se materialice en la practica el deber y derecho básico que cada ser humano tenemos y contemplado en la constitución de la república, y que no se cumple a cabalidad, cada persona tenga derecho a una, Educación de calidad y gratuita, Vivienda digna, Salud, prestaciones sociales, seguro médico eficiente. Y Lo más, importante el respeto a los derechos humanos en fin donde quepamos todos sin restricción alguna esa es la verdadera fuerza motriz que impulsa nuestra organización las Farc-Ep y por eso existimos y luchamos por un cambio político, social, y cultural donde las mayorías los pobres de Colombia, los campesinos, obreros, estudiantes, maestros, artistas, etc., tengan voz y voto en las decisiones que comprometan el futuro del país.
Felicidades Camaradas!
Adelante con la espada del libertador Simón Bolívar y en la hermosa tierra de Martí. Ni un paso atrás siempre adelante.
¡Vivan las Farc-ejército del pueblo!
Con Cariño y sentimiento de justicia sus camaradas: Susana y Diana
Nicaragua Diciembre 25 / 2013.