La Habana, Diciembre 20 de 2012.Sede de los diálogos por la paz con justicia social para Colombia.
“Lafaurie me pidió que apoyara la elección del
entonces candidato a Fiscal General, Mario Iguarán”. Estas son las palabras de denuncia del ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, prisionero en una
cárcel de Virginia, Estados Unidos, contra José
Félix Lafaurie, presidente de la Federación de Ganaderos, FEDEGAN, el mismo
aliado de los paramilitares que no se cansó de disparar contra el Foro sobre
política de desarrollo agrario integral/ enfoque territorial, que como apoyo al
proceso de paz, acaba de terminar en Bogotá.
http://youtu.be/GuDtAIMuxJQ
El Foro fue un
éxito rotundo. La criminalidad desde lo legal, representada en el personaje, no
pudo ahogar las voces contra el despojo, el desplazamiento forzoso, la
pretensión de distribuir baldíos para no tocar el “sacrosanto latifundio” de la
injusticia y para que la explotación minero-energética de las transnacionales,
se garantice sin sobresaltos. La paz con justicia social fue el grito de los
reunidos en el Centro de Convenciones en Bogotá. Las FARC-EP valoran como un
paso hacia adelante en la búsqueda del entendimiento, la participación de los
gremios que creen en la viabilidad de la solución política del conflicto.
Saludamos desde
la Habana la pluralidad y representatividad del evento, y nos declaramos a la
expectativa frente a sus conclusiones, que serán insumos fundamentales para la
construcción colectiva de la paz. El gobierno tiene que escuchar la voz del
pueblo. Nadie mejor que el constituyente primario para trazar la ruta de la
convivencia y sentar las bases del nuevo país, anhelado por todos.
Cumplimos hoy
un mes de cese unilateral de acciones ofensivas contra la fuerza pública y la
infraestructura económica, determinación de la insurgencia, que se siente en
todo el territorio nacional. Las FARC han silenciado sus fusiles, y han logrado
rodear de sosiego las conversaciones de paz. Ofrecemos de todo corazón a los
colombianos, esta navidad en paz.
En contraste con nuestra actitud
de humanidad, el presidente Santos anuncia que arreciará la guerra en todo el
territorio nacional; una insensatez carente de sintonía con el clamor
mayoritario de la nación. Todo el mundo sabe en Colombia, que a las FARC no se
le doblega en la mesa con presiones militares.
Lo ideal sería
pactar más adelante un cese bilateral de fuegos y de acciones ofensivas como
aporte de las partes beligerantes al esfuerzo por encontrar una solución
incruenta al largo conflicto que desangra a la patria. Pero si el gobierno
sigue empecinado en la guerra, debiera al menos, amainar sus efectos en la
población con la firma de un tratado de regularización que normatice, sobre la
base de las especificidades del conflicto colombiano, la conducta de los
contendientes, buscando siempre, preservar la vida de la gente y el respeto de
sus derechos, así como el tratamiento que se debe dispensar a los combatientes
caídos en combate, a los prisioneros y a la población en zonas de operativos
militares. El Derecho Internacional Humanitario que tanto dicen defender,
contempla esta posibilidad.
DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP
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