viernes, 24 de agosto de 2012

PCCC-PCM: Declaracion conjunta del Partido Comunista Clandestino de Colombia y el Partido Comunista de México


Versiones en español e inglés



DECLARACION CONJUNTA DEL PCCC Y DEL PCM
Audio (español) de la declaración: https://www.box.com/s/777421d10975bd4fe0ec


1º. Se han reunido en Bogotá delegaciones del Comité Central del Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC) y del Comité Central del Partido Comunista  de México.
2º. Ambos partidos han intercambiado opiniones sobre la situación en México y Colombia, sobre el Continente y sobre el Mundo.
3º. Ambos partidos tienen por base ideológica común el marxismo-leninismo, aplicándolo y enriqueciéndolo creativamente con la lucha de clases de nuestros países y con la historia colectiva de nuestros pueblos, desde la resistencia indígena y popular al colonialismo, desde la decimonónica insurrección continental por la independencia y emancipación en la que Lautaro trasciende hasta nuestros días, y con el aporte del libertador Simón Bolívar.
4º.El PCCC y el PCM luchan programáticamente por el socialismo y el comunismo, y consideran que estos objetivos además de su urgencia tienen actualidad, al ser la alternativa viable frente a la decadencia del capitalismo -hoy en crisis profunda de sobreproducción y sobreacumulación, en la que la riqueza social es destinada por los Estados a rescatar a los monopolios- en tanto la clase obrera, los trabajadores y las capas medias, la pequeña burguesía, son pauperizadas, arrojadas masivamente  a la miseria. Nuestros partidos  comunistas actúan con firme orientación clasista contra la desvalorización del trabajo, contra la bárbara agresión a los derechos sindicales y laborales que los monopolios dirigen contra las masas de proletarios, conectando la defensa de la vida y las reivindicaciones inmediatas de la clase obrera al objetivo de la conquista del poder y la construcción de la nueva sociedad sin explotados ni explotadores.
5º. El PCCC y el PCM valoran que en el accionar por nuevas revoluciones socialistas es de gran importancia la asimilación crítica y la defensa  de la experiencia de la construcción socialista en la URSS y otros países socialistas, enfatizando el estudio de las causas que engendraron la contrarrevolución, tales como el resurgimiento de las relaciones mercantiles que minaron el poder obrero. La construcción de la nueva sociedad tiene como precondición el poder popular, la socialización de los medios de producción concentrados y la planificación central de la economía.
6º. La interdependencia de los monopolios refuerza la agresividad y la expoliación del imperialismo sobre los pueblos, en el mundo y en nuestro continente. La OTAN y las tropas norteamericanas, además de los crímenes cometidos contra Iraq, Afganistán, Libia - intervenciones avaladas por la ONU a las que nos hemos opuesto-, preparan nuevas campañas contra Siria e Irán, que de antemano condenamos. Llamamos a los pueblos, a los Partidos Comunistas, a las fuerzas revolucionarias de América Latina, a rechazar la creciente militarización del continente, la reactivación de la Cuarta Flota y la activación de más bases militares.
7º. Llamamos a reforzar la lucha por la ruptura con los tratados de libre comercio, tanto con los Estados Unidos como con la Unión Europea, lesivos para la vida de los trabajadores.
8º. Ratificamos nuestra solidaridad con Cuba socialista, con el proceso bolivariano en Venezuela, Ecuador y Bolivia; expresamos nuestro apoyo a los pueblos de Honduras y Paraguay que resisten a los golpes de estado.
9º. El PCCC y el PCM consideran que nuestros pueblos tienen el inalienable derecho a resistir y desarrollar la insumisión, la insubordinación, la alegre y desafiante rebeldía, y a ejercer todas las formas de lucha para romper las cadenas de la explotación que nos esclavizan. Es un derecho irrenunciable de los pueblos el de la rebelión; y los cauces de su manifestación, pacífica o violenta, dependen de variadas circunstancias. Nos oponemos al dogmatismo y al reformismo que intentan colocar a nuestros pueblos la camisa de fuerza de la “institucionalidad”, siguiendo el falso camino de la putrefacta fachada democrática que oculta la dictadura de los monopolios. Si la vía electoral sirve para expresar los intereses populares, para avanzar, nuestros pueblos deben ejercitarla; si el camino es la huelga, la paralización de los centros de trabajo, la lucha de masas, por ahí tendremos que avanzar, y si el camino es la insurrección, la lucha armada para arrebatarle el monopolio de la violencia a las clases dominantes, sin duda alguna debemos elegir ese camino, por más sacrificios que encontremos, tal y como la luminosa experiencia histórica de nuestros pueblos enseña, desde Cuauhtémoc, Túpac Amaru, Hidalgo, Morelos y Bolívar, los ejércitos populares de Villa y Zapata, hasta el ejemplo del movimiento 26 de julio en Cuba, la gesta del comandante Ernesto Guevara y la epopeya de la insurgencia colombiana, que desde Marquetalia, Camilo Torres, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Iván Ríos, Jorge Briceño, Alfonso Cano, trasciende ejemplarmente, expresada sobre todo en la alta figura de la dignidad del comandante Manuel  Marulanda Vélez.
10º. En consecuencia, nuestros Partidos Comunistas refutan el discurso surgido de los centros imperialistas para calificar la rebeldía de nuestros pueblos como “terrorismo” y criminalizar la solidaridad. Sin pausa continúa la colaboración entre los cuerpos represivos, su coordinación se acrecienta. A ello debemos oponer la coordinación de los partidos comunistas y revolucionarios, superar nuestros retrasos, lo que sin duda potenciará cualitativamente las resistencias sociales, las movilizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles, populares.
11º. Nuestros Partidos Comunistas consideran que deben continuar los intercambios entre los partidos comunistas y obreros para crear las condiciones para un Encuentro de los Partidos Comunistas y Obreros de América Latina y el Caribe; en el que se construya un dialogo fructífero y sin exclusiones, que generalice experiencias, del que emanen resoluciones colectivas para la acción común en las tareas y problemas de carácter continental.
12º. Es por ello que saludamos con entusiasmo la continuidad del Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros que surgió en ocasión del Sesquicentenario del Manifiesto del Partido Comunista, por iniciativa del KKE, y que este año se reunirá en Beirut, auspiciado por el hermano Partido Comunista Libanés. Saludamos los encuentros de carácter regional que se desarrollan y las iniciativas comunes que varios partidos comunistas y obreros logran concretar, como es el caso de la Revista Comunista Internacional.
13º. Ratificamos nuestro compromiso, apoyo y solidaridad a la Federación Sindical Mundial, a la FMJD, al Consejo Mundial de la Paz y a la iniciativa que en nuestra América significa el Movimiento Continental Bolivariano, un espacio de los revolucionarios para el debate y el compromiso de la lucha antiimperialista por el socialismo.
14º. EL PCCC y el PCM consideran muy negativa la posible integración del general Naranjo, un colombiano siniestro, promotor del paramilitarismo y terrorismo estatal, de la imbricación del narcotráfico con la institucionalidad, de la violación de los derechos humanos y del asesinato político de centenares de patriotas colombianos, a la tarea de seguridad nacional en México, augurando que dejará a su paso una estela de sangrienta represión contra el pueblo mexicano.
15º. Ambos partidos saludamos la creciente resistencia social del pueblo colombiano que se expresa en movimientos como la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, la Minga indígena; las luchas de las organizaciones estudiantiles, las movilizaciones indígenas de resistencia a la minería, a la explotación de los recursos minero-energéticos, y la lucha del pueblo colombiano por la paz y la solución política del conflicto social y armado.

¡Proletarios de todos los países, uníos!
Comité Central del Partido Comunista Clandestino de Colombia
Comité Central del Partido Comunista de México

Versión inglesa:
Joint Declaration of the CCPC and the CPM
Audio (inglés) de la declaración: 

1st.- Delegations of the Central Committee of the Clandestine Communist Party of Colombia (CCPC) and the Central Committee of the Communist Party of Mexico (CPM) have gathered in Bogota.
2nd.- Both Parties have exchanged opinions on the situation in Mexico and Colombia, on the Continent and the world situation.
3rd.- Both parties have as common ideological base Marxism-Leninism, its application and creative enrichment with the class struggle of our countries and the collective history of our people, including the indigenous and popular resistance to colonialism, in the nineteenth-century continental insurrection for the independence and emancipation, in which Lautaro has transcended up to our days, along with the contributions of Simon Bolívar.
4th.- The CCPC and CPM that programmatically struggle for socialism-communism, consider that these objectives besides their urgency are relevant, being the viable alternative to decaying capitalism, today in a profound crisis of overproduction and over-accumulation, in which social richness is used by the States to rescue monopolies, while the working class, the employed and middle classes, the petite bourgeois, are pauperized, thrown massively to abject poverty. Our communist parties intervene with firm class orientation against the depreciation of labor, against barbaric aggression to union and labor rights that monopolies direct against the proletarian masses, linking the defense of life conditions and claims to the objective of conquering power and the construction of a new society without exploited or exploiters.
5th.- The CCPC and CPM assess that the critical assimilation and defense of socialist building in the USSR and other socialist countries, emphasizing the study in the causes that spawned counterrevolution such as the rising of mercantilist relations that undermined worker’s power. The building of a new society has as a precondition popular power, the socialization of concentrated means of production and central planning of economy.
6th.- The interdependency of monopolies reinforces the aggressiveness and exploitative character of imperialism over peoples, in the world and our continent. NATO and North American troops, besides the crimes the crimes against Iraq, Afghanistan and Libya –interventions whitewashed by the UN to which we have opposed- prepare new campaigns against Syria and Iran, which we condemn in advance. We call the peoples, the Communist Parties, the revolutionary forces of Latin America, to repel the growing militarization of the continent, the reactivation of the fourth fleet and the activation of more military bases.
7th.- We call to strengthen the struggle for breaking from free trade agreements with the United States as with the European Union, that are detrimental for the lives of workers.
8th.- We ratify our solidarity with Socialist Cuba, with the Bolivarian process in Venezuela, Ecuador and Bolivia; we express our support to the peoples of Honduras and Paraguay that resist coup d’états.
9th.- The CCPC and CPM consider that our people have the right to resist and develop disobedience, insubordination, defiant and joyful rebellion and to exercise all forms of struggle to break the chains of exploitation that slave them. Rebellion is an inalienable right of the people, the ways of its manifestation, peaceful or violent, depend of varied circumstances. We oppose to dogmatism and reformism that try to place our peoples under the straightjacket of “institutionalism” and the false path of the rotten democratic façade that hides the dictatorship of monopoly capital. If the electoral way serves to express popular interests, to advance, our people must exercise it, if the way is to strike, to paralyze the working centers, the mass struggle, we will have to advance in that way, and if the way is insurrection, armed struggle to seize away from the dominant classes the monopoly of violence, without doubt we will choose that way, notwithstanding the sacrifices we would face, just as the shining historical experience of our people teaches, from Cuahutémoc, Túpac Amaru, Hidalgo, Morelos and Bolivar, the popular armies of Villa ans Zapata, the example of the 26 of July movement in Cuba, the heroic deed of commander Ernesto Guevara and the epic Colombian insurgency, that from Marquetalia, Camilo Torres, Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Iván Ríos, Jorge Briceño, Alfonso Cano, transcends, and is expressed above all in dignity of the high figure of commander Manuel Marulanda Vélez.
10th.- In consequence, our Communist parties refuse the discourse developed in imperialist centers that call “terrorism” the rebellions of our people and criminalize solidarity with them. The collaboration among repressive bodies continues without pause, their coordination growing. We must respond with the coordination of Communist parties and revolutionaries; overcome our setbacks, boost qualitatively social resistances, union, peasant, indigenous, student and popular mobilization.
11th.- Our Communist parties consider that they must continue exchanges between Communist and Worker’s parties, to prepare the conditions for a Meeting of the Communist and Worker’s Parties of Latin America and the Caribbean; building a fruitful dialogue, without exclusions, that would generalize experiences that would emanate collective resolutions for the common action in the tasks and problems of continental character.
12th.- Because if the aforementioned we enthusiastically salute the continuation of the International Meeting of Communist and Worker’s parties that surged on occasion of the 150th anniversary of the Communist Manifesto, on the initiative of the KKE, and that this year will hold its meeting in Beirut, sponsored by the brother Lebanese Communist Party. We salute the regional encounters that have developed and the common initiatives that various Communist and Worker’s parties have realized, such as the case of the International Communist Review.
13th.- We ratify our commitment, support and solidarity to the World Federation of Trade Unions, the WFDY, the World Peace Council and the initiative that in our continent the Bolivarian Continental Movement signifies, a space of debate for the revolutionaries, and the commitment to anti-imperialist struggle, for socialism.
14th.- The CCPC and the CPM consider as very negative the possible integration of general Naranjo to Mexico’s national security, a sinister Colombian, promoter of paramilitary groups and State-terror, of the imbrications of drug dealing and institutionalism, of human rights violation and the political assassination of hundreds of Colombian patriots, which heralds a trail of bloody repression for the people of Mexico.
15th.- Both parties greet the upsurge in social resistance of the Colombian people expressed in varied movements, as the Patriotic Rally, the People’s Congress, the indigenous Minga, the struggles of student organizations, indigenous movilizations, resistance to mining companies, to the exploitation of mineral-energy resources, and the struggle of the Colombian people for peace and a political solutions to the armed and social conflict.

¡Workers of the world, Unite!
Central Committee of the Clandestine Communist Party of Colombia
Central Committee of the Communist Party of Mexico



jueves, 16 de agosto de 2012

Pablo Catatumbo, FARC-EP: Acerca de nuestro carácter político



El fundador e indusctible comandante de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez


Acerca de nuestro carácter político

Somos un movimiento de izquierda que lucha por la superación del modelo económico y político existente, y por una nación plena de dignidad y soberanía.

Por Pablo Catatumbo

Integrante del Secretariado de las FARC EP
Se nos acusa a las FARC EP de dos cosas. La primera, ser el palo en la rueda para un verdadero desarrollo y consolidación de la izquierda en Colombia, y la segunda, de ser los artífices del paulatino giro de la vida política hacia formas abiertas de fascismo durante la última década. 
Pablo Catatumbo
¿Somos las FARC-EP una talanquera que impide el avance de las tendencias de izquierda en Colombia?
La pregunta surge, en nuestro parecer, de dos situaciones: el desconocimiento sobre nuestra historia y actividad como organización revolucionaria, de un lado, y una obvia intención de desligarnos del campo de las izquierdas en la historia de nuestro país, por el otro. Es como si nuestro surgimiento y desarrollo obedeciera a una suerte de generación espontánea militar única en la historia universal. 
La realidad contrasta con lo anterior. Nuestra historia es producto de la convergencia de las más diversas expresiones de las luchas sociales del pueblo colombiano. Si tomamos el caso de nuestros dos más grandes timoneles, Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas, observamos que se juntaron las luchas de los colonos campesinos liberales y comunistas de la cordillera central y el turbión proletario del pueblo santandereano. Dos hombres, dos cordilleras, dos luchas hechas una en las trincheras de Marquetalia. 
En el proceso de surgimiento de los frentes y compañías de las FARC se recogen muchas de las tradiciones político-culturales del campo popular colombiano. Es así como contamos con camaradas provenientes del movimiento indígena, del campesinado rebelde, de la lucha estudiantil, de los afrodescendientes, las mujeres rebeldes, el proletariado, los intelectuales, artistas y el movimiento cooperativo. 

VALE LA PENA HACER UN POCO DE HISTORIA. El asesinato de Rafael Uribe Uribe, la persecución a tiros y la conversión en asunto de guerra del socialismo revolucionario de María Cano, la masacre de las bananeras, la santa cruzada decretada contra el joven Partido Comunista por Laureano Gómez, el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán y el subsiguiente período denominado La Violencia, así como la persecución internacional de los partidos políticos colombianos emprendida por Rojas Pinilla, junto a sus salvajes guerras contra Villarrica y el Sumapaz, constituyen acontecimientos de honda repercusión en Colombia, sucedidos todos antes de la existencia de las FARC. 
Cinco jovenes de la Juventud Comunista
fueron asesinados en la sede de la Juco
1985 como parte de la Guerra Sucia.
La represión a la izquierda, el asesinato selectivo de sus líderes y la búsqueda del desmembramiento de sus organizaciones han sido una constante de largo aliento dentro de la historia colombiana, cuya responsabilidad recae directamente en el régimen reaccionario y antidemocrático. Y, lo más importante, esta constante no se vio interrumpida con el surgimiento del conjunto de las guerrillas revolucionarias, incluyendo, obviamente a las FARC-EP. 
La persecución sistemática contra la Unión Patriótica, A Luchar y el Frente Popular, así como la desatada contra incontables organizaciones cívicas, sindicales, campesinas, étnicas o comunitarias no pueden ser examinadas como procesos aislados o casualidades políticas, sino como el ejercicio continuado de la represión antipopular y retrógrada que ha imperado en Colombia. 
Cuando aún lloraba el pueblo la pléyade de grandes dirigentes asesinados por el militarismo en la década de 1980, una Asamblea Nacional Constituyente, convocada con la rimbombancia de quien pretende llamar la atención por el hecho de gritar y no por lo que grita, proclamaba la Carta Magna de 1991. Era ésta una premisa para la imposición imperialista de las políticas neoliberales, que significaban el saqueo abierto del patrimonio y recursos de Colombia. 

NO FUE ESTA CONSTITUCIÓN la ocasión ni el escenario para una verdadera construcción de la paz, sino por el contrario, el sello perfecto para la cooptación de un importante sector del campo popular que se convertía ahora en defensor de la presunta legitimidad del Estado. La dispersión de la izquierda no la imponía la insurgencia, sino que la patrocinaba el régimen. 
He allí otro rasgo que pretenden ignorar nuestros críticos. ¿Por qué no hablan de la cooptación de decenas de intelectuales y analistas ayer ultra revolucionarios e incendiarios, por las instituciones, la academia y los medios de comunicación? ¿Por qué eluden la actuación corrupta y reaccionaria de una gran parte de los integrantes de grupos revolucionarios que renunciaron a la lucha y se acogieron a la desmovilización? ¿No estuvo el gobierno de Álvaro Uribe repleto de exrevolucionarios? ¿No consulta hoy Santos su política de seguridad con quienes hace veinte años lo consideraban un oligarca? 
Este tipo de hecho no puede verse como la sucesión de simples coincidencias, vocaciones tardías o reflujos ideológicos. Se trata de otra estratagema clave del accionar del Estado en contra de la unidad de las izquierdas colombianas. La infiltración, la delación, la perfidia y el embuste han sido tretas permanentes que han hecho florecer cíclicamente el oportunismo y la división en la izquierda. El actual debate permite dilucidar nuevos elementos en esta larga historia de traición. 
Es necesario resaltar que las FARC-EP han participado activamente dentro del campo de las izquierdas colombianas desde su fundación misma. 
Con las comunidades campesinas de Marquetalia, El Davis y Riochiquito, de mayoría liberal, sólo se manifestaron solidarias la izquierda colombiana y mundial. Los partidos tradicionales del Frente Nacional azuzaron el desarraigo, el despojo y la sevicia en contra de unos cuantos labriegos e indígenas que se negaban a regalar años de ardua colonización. Ese mérito signó nuestro rumbo en la lucha por la paz, la democracia, y el socialismo. El camarada Jacobo recalcaba en Riochiquito, hace ya más de cuarenta años, que la resolución de los problemas de las masas campesinas sólo podía darse a partir del triunfo de un frente político, que incluyera a todas las izquierdas y a los verdaderos demócratas y patriotas de nuestro país.
GUERRILLERA de las FARC-EP en la década ´80.

EN LA UNIÓN PATRIÓTICA, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar y muchos otros espacios de convergencia y unidad hemos manifestado nuestro carácter definido de combatientes por la libertad y por la construcción de una Nueva Colombia. 
Somos un movimiento de izquierda que lucha por la superación del modelo económico y político existente, y por una nación plena de dignidad y soberanía. Y sabemos que el logro de esto no se derivará de una acción solitaria de nuestra parte. Por ello estamos abiertos a la discusión con todas las izquierdas. 
Durante todos estos años hemos dialogado con diversas formaciones de nuestra izquierda. Maoístas, marxistas-leninistas, socialistas, trotskistas, socialdemócratas, indigenistas y muchas otras vertientes, en espíritu de solidaridad, respeto y franca crítica. Esta tradición, que indudablemente ha tenido pausas lamentables dentro del devenir político patrio, no puede ser abandonada, y seremos reiterativos en ella. 
No se nos puede achacar, de buena fe, la responsabilidad plena sobre el desarrollo actual de la izquierda colombiana. Seguramente tendremos una carga determinada, pero la magnitud de ésta, habría que dilucidarla en un franco debate colectivo de todas las organizaciones que constituimos el campo popular y de las izquierdas de nuestro país.

EN NUESTRO PARECER, QUIENES SOSTIENEN la existencia de una extendida y generalizada crisis de la izquierda colombiana, son los mismos que la conciben simplemente como una representación parlamentaria, asumiendo que el éxito o fracaso está en el número de curules y la popularidad en las encuestas. La izquierda real no se circunscribe únicamente al escenario electoral, sino que tiene un componente vivo, móvil y cambiante en el agitado universo de los movimientos sociales.
Es allí donde cualquier observador avezado encontrará que en Colombia se vivencia un florecimiento de ricas y nuevas experiencias organizativas dentro del campo popular, que se manifiestan en heterogéneas manifestaciones de movimientos, convergencias, expresiones y plataformas que saludamos con la alegría de quien encuentra nuevos amigos y compañeros para su brega diaria. Las FARC-EP no han visto en este creciente y novedoso turbión popular un enemigo o un contrario.
¿Somos las FARC-EP coadyuvantes de la extrema derecha en Colombia?
Quisiéramos partir de una afirmación categórica. Quienes sostienen esta teoría son fundamentalmente los voceros de la socialdemocracia y el liberalismo.
Francisco Santos, co dueño de El Tiempo, ex director del diario, ahora director de RCN-Radio,
quiere como cerrar los ojos y orejas por las declaraciones de los altos jefes paramilitares que
el ex vice presidente de Uribe proponía a Carlos Castaño crear un Bloque Capital para la
región de Bogota. ¿Quien se basa en la extrema derecha sangrienta y quien la estimula?

Así, cada vez que actuamos militarmente, en acciones legítimas propias de la guerra de guerrillas, saltan los críticos y analistas a señalarnos como sustentadores de la pretendida validez de gobiernos de mano dura, y como talanqueras en el camino de una supuesta izquierda, descafeinada y vacua, que no resulta ser ni siquiera oposición.
Se trata a todas luces del guión de las teorías de la conspiración tan en boga en estos días. Un grupo de revolucionarios que combate contra el Establecimiento, su fuerza militar y su paramilitarismo, con el secreto fin de favorecer políticamente a sus misteriosos y clandestinos amigos fascistas. Un libreto repleto de absurdos y contradicciones que sólo puede caber en la cabeza de quienes pretenden que se continúe con la falacia de pintarnos como unos delincuentes sin principios, que en el pasado tuvimos orígenes revolucionarios, pero que ahora no somos más que vulgares narcotraficantes.
Tal hipótesis se contradice completamente con la realidad. Miles de combatientes farianos confrontan en toda la geografía nacional al fascismo y al imperialismo con las armas en la mano, exponiendo sus vidas y entregándolo todo por la revolución. La pregunta es, ¿serán ellos coadyuvantes, agentes inconscientes o colaboradores telepáticos del proyecto de la extrema derecha?

Hagamos un ejercicio de rememoración político-militar.

En 1999 entró el Bloque Calima a realizar masacres, ejecuciones, torturas y violaciones en el centro oriente vallecaucano. Su accionar criminal, abierto y escandaloso no fue en momento alguno repelido por el Ejército o la Policía, ni mucho menos rechazado públicamente por los poderes locales y regionales. Fueron los hombres y mujeres del Bloque Móvil Arturo Ruiz, el Comando Conjunto de Occidente e integrantes del entonces existente Movimiento Jaime Bateman Cayón, quienes confrontaron eficazmente a las tropas fascistas, llevándolas a su completa derrota y al fracaso de su proyecto en esa parte del país.
¿Tendrá sentido afirmar que esto permitió el fortalecimiento de tendencias de derecha en la región? ¿Que condujo a la consolidación de grupos fascistas en el Valle del Cauca?
Es claro que en el andamiaje discursivo montado por los grandes medios en contra de las FARC, existen dos prácticas de intenso uso:
La primera, de uso corriente y orientada al público popular, es la discursiva del narco terrorismo que no es más que la readaptación del clásico terror rojo de la Guerra Fría, que bebe en los más retrógrados mitos del anticomunismo.
La segunda, según la cual la guerrilla tendría, bajo esta versión, unos orígenes medianamente justos, opacados infelizmente por el desarrollo ulterior, la adopción del narcotráfico como supuesta forma de vida y la conversión en una difusa máquina de guerra, al mismo tiempo anquilosada y miope políticamente, así como macabra en el plano militar.
Dentro de esta trama los guerrilleros seríamos simples fichas de los truculentos mandos que, además, buscan contribuir con su accionar al fortalecimiento de su enemigo.
¿Qué designios cruzan por la mente de quienes defienden semejante hipótesis?
Montañas de Colombia, Agosto de 2012 

Pablo Catatumbo, FARC-EP, debate sobre las libertades de información y prensa



Pablo Catatumbo (centro) con los comandantes máximos de las
FARC, Timoleón Jiménez "Timochenko" y Iván Márquez.


En torno a las libertades de información y prensa

El paso de la información a manos de los grandes grupos económicos significó en la práctica el fin de la libertad de prensa.

Por Pablo Catatumbo

Integrante del Secretariado Nacional de las FARC-EP

AUDIO: https://www.box.com/s/edaf7f2aeed6a7d15215
Si se quiere buscar un rasgo que defina el carácter perverso y antidemocrático del régimen político colombiano, resulta útil husmear en el entramado instituido por el monopolio de los medios de comunicación en manos del gran capital. 

El devenir histórico de los grandes medios

La libertad de prensa fue consigna central dentro de las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX. Las declaraciones, proclamas y constituciones de los nacientes estados nacionales de corte democrático-liberal la reclamaban y amparaban como una de las premisas del nuevo mundo, que surgía sobre la base de los adelantos técnicos de la revolución industrial y del expolio derivado del colonialismo. El tipo ideal de ciudadano libre ilustrado de estas naciones en construcción, debía tener acceso a la prensa, siendo considerada ésta como un consumo mínimo de la modernidad. En resumen, la prensa era sustento del ideal democrático en construcción.
Ya desde finales del siglo XIX asistimos a la estructuración de periódicos de circulación masiva y trasnacional, con complejos sistemas de corresponsalía y manejo de información. La gran prensa aprovechó y potenció los adelantos de las sucesivas revoluciones científico-técnicas, adecuándose a los intereses de los sectores económicos que se apropiaron de ellos. 
Pablo Catatumbo lee El Tiempo, el único
diario con cobertura nacional.
El siglo XX representó para los medios masivos de comunicación su definitiva consolidación como aparatos ideológicos de los grandes gremios capitalistas, al tiempo que ingresaban con fuerza dentro del mundo de las nuevas ramas de la economía, con lo que la cacareada libertad de prensa dejó de ser una conquista revolucionaria y democrática para pasar a ser una falacia subordinada a la libertad de empresa y de acumulación de capital de los grandes monopolistas. A la prensa escrita se le sumaron la radiodifusión, el cine, la televisión y el internet formando un abigarrado cuerpo de herramientas de difusión de información en manos de los grandes grupos económicos, fenómeno que en la práctica significó el fin de la libertad de prensa.
En el contexto de la guerra es necesario destacar el uso de la prensa como nueva arma de combate. En la Alemania nazi, Goebbels diseñó un entramado mediático y de propaganda destinado a garantizar la hegemonía del régimen. La CIA y la OTAN destinaron centenares de millones de dólares a la creación de Radio Free Europe como instrumento de lucha contra el socialismo en Europa del Este, e igualmente lo hacen hoy las agencias imperialistas y sus cipayos locales, apuntando la señal de canales de televisión y emisoras “libres” sobre el espacio aéreo de Cuba, Ecuador, Argentina y Venezuela. 
Del mismo modo, en la llamada Primavera Árabe el imperialismo utilizó nuevamente los medios masivos para azuzar revoluciones y rebeldías facturadas por la OTAN. No es extraño entonces que contra la Siria baasista se tienda ahora un nuevo cerco mediático de grandes proporciones. 
25 periodistas de Caracol pusieron el camuflaje "Un Día como Soldado", recibidos por
los asesores en el Complejo de Entrenamiento Militar en Tolemaida. ¿Que pasaría si
lo hicieran en un campamento guerrillero, haciendo tiro con un guerrillero como asesor?

El lugar del periodista dentro de los medios masivos 

Cabe preguntar: ¿qué lugar ocupa el periodista, es decir, el trabajador de la información dentro de este entramado macabro?
Por un lado hay que mirarlo como trabajador asalariado y explotado. Este aspecto es usualmente negado por los pulpos mediáticos, a la vez que ignorado por gran parte del gremio. 
En nuestro país, en donde la situación económica y laboral de los trabajadores de las comunicaciones es francamente deplorable, han sido frecuentes las experiencias de organización gremial y sindical perseguidas por sus patronos y los servicios de inteligencia del Estado. Resulta también particularmente visible la desregulación y la tercerización de las relaciones contractuales de los trabajadores en los medios masivos de comunicación. Por no mencionar las horribles condiciones precapitalistas que la supuesta prensa moderna y democrática le impone a sus voceadores y repartidores en las grandes ciudades. 
Por otro lado, debe abordarse al periodista como un subordinado editorial. Hoy día la libertad de prensa no es más que una falacia. El periodista que no obedece la línea editorial del gran capital es inmediatamente despedido, y en otros casos es el mismo periodista quien ha de rebuscarse de la manera más vergonzosa la forma de sostenerse por medio de la infame pauta y la payola. El viejo ideal norteamericano del periodista independiente, tipo Mark Twain, corresponsal a lo largo del Missisipi, o John Reed, reportando desde la Rusia de Lenin o el México de Zapata, resulta hoy poco menos que una utopía dentro de los grandes medios. 
General Óscar Naranjo en Caracol con Arismendi.
Un ejemplo bien cercano a nosotros consistió en la auto censura impuesta a los medios como parte de la Guerra Integral practicada a partir del gobierno del presidente Cesar Gaviria. El alto gobierno citó a los directores de los diarios de circulación nacional y de los medios regionales de prensa, radio y televisión, con el propósito de promover a las fuerzas militares como única fuente válida sobre el conflicto armado interno. 
Desde entonces se distorsiona la realidad, se ocultan cifras y se presentan ante la opinión falsos positivos, verdaderos crímenes de guerra, como victorias contra la insurgencia. Dicha intromisión aumentó con los días, hasta el punto que hoy sus representantes son los verdaderos editorialistas de conglomerados como RCN, Caracol, El Colombiano o Cable Noticias. 
Como contrapeso a la postura del periodista independiente, o del que está comprometido con su gremio, los medios contemporáneos han creado un nuevo arquetipo, el del periodista estrella. Directores de medios como Darío Arizmendi y Julio Sánchez Cristo y sus homólogos en la televisión y la prensa escrita no son más que la representación fiel de este modelo. Exitosos, presuntamente independientes, populares, generadores de opinión, estas nuevas estrellas del pop se convierten en el ideal a seguir dentro de los pasillos de las escuelas de comunicación social. 

Los grupos económicos y la prensa libre

En todo este asunto cabe considerar de modo especial la participación de los grandes grupos económicos en el control de los medios masivos de comunicación de nuestro país, lo cual nos conduce a preguntarnos seriamente sobre la realidad de las libertades de información y prensa. 
¿De qué manera puede informar imparcialmente El Tiempo sobre las quejas e inquietudes de los usuarios de los bancos o de las víctimas del agiotaje legal del UPAC y del UVR, cuando su línea editorial se encuentra empeñada al magnate del capital financiero monopólico Sarmiento Angulo? 
¿En qué lugar se ubica la línea editorial del periódico El País ante la crisis de las Empresas Municipales de Cali, cuando su entramado accionario está empeñado a la burguesía antioqueña de El Colombiano, siendo estos los principales interesados en la privatización, como impulsadores de la entrada de UNE en el Valle del Cauca? 
¿Cómo informa El Liberal, de Popayán, sobre el creciente conflicto del departamento del Cauca cuando sus dueños, vinculados con el grupo Galvis de Vanguardia Liberal de Bucaramanga, tienen estrechos vínculos con el paramilitarismo? 

La comunicación alternativa

Como opción a la avalancha de información insípida y maleada que difunden los medios del gran capital, hay que resaltar con alegría revolucionaria el crecimiento de las diversas iniciativas de comunicación alternativa. Nacidos en la heterogeneidad y la independencia de los sectores populares, en el aula de clases, el café, la esquina, la peña cultural, las gradas, el teatro, la vereda o la fábrica, estos nuevos medios se atreven a desafiar a los titanes de la desinformación, tomando lo que tienen a mano para emprender una labor que ya reporta frutos a lo largo y ancho de la Colombia profunda. 
Hay que resaltar que estas iniciativas generan un sepulcral terror a la falsimedia oficial. En un mundo que gira en torno al manejo y ocultamiento de información, el hecho de que aparezcan iniciativas que desde lo micro y lo local apuntan a la publicar nuestras realidades, hace pensar en el comienzo del quiebre del cerco mediático tendido por los grandes grupos económicos. 
A modo de conclusión, podríamos decir que nuestro país requiere del concurso de todos para la construcción de un modelo de generación y difusión de información, donde se enarbole la verdad como bien supremo y donde nuestro pueblo tenga voz para sus reivindicaciones, experiencias y problemáticas. Vale la pena atender y respaldar a todos los interesados en hacer públicas sus propuestas y proyecciones, sus aportes y controversias, para hacer este sueño posible. 
Montañas de Colombia, Agosto de 2012

domingo, 12 de agosto de 2012

FARC-EP: A 22 años de la partida de Jacobo Arenas

El legendario co fundador de las FARC-EP, Jacobo Arenas, en el campamento
del Estado Mayor Central de la guerrilla. Fue el comisario político enviado  1964
por el Comité Central del Partido Comunista Colombiano para aportar 
políticamente y hacer frente al “Plan Lazo”, del Pentágono en contra
a la aldea Marquetalía, llamado por la oligarquía colombiana una “República
Independiente”. 16.000 militares y una flota de aviones de guerra no pudieron
con los 48 campesinos, dirigidos por el hombre que sería posteriormente el
camarada para el resto de la vida, Manuel Marulanda Vélez. Los dos, juntos con los
sobrevivientes de Marquetalía, fundaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia, el Ejército del Pueblo
, FARC-EP
. ¡Cómo no se ha arrepentido la oligarqía!



Declaración Pública del Secretariado de las FARC-EP:

A 22 años de la partida de Jacobo Arenas

Por  Secretariado de las FARC-EP


FARC-EP -Este 10 de agosto conmemoramos en las FARC-EP el aniversario número 22 de la inesperada muerte del camarada Jacobo Arenas en Casa Verde. La dolorosa herida que significó su partida en momentos tan significativos de la vida nacional, aún no termina de cerrarse.

Pocos hombres como él tan convencidos de la urgencia de encontrar una solución política, por la vía de diálogo, a la gravísima confrontación en que se debate Colombia. Durante el difícil camino recorrido hasta llegar a los Acuerdos de La Uribe, escribía a los delegados oficiales: “En nosotros no cabe el pesimismo, por el contrario, somos de aquellos que cabalgan en el más grande optimismo. Por eso estamos convencidos que cualquier día de estos vamos a reunirnos para probar nuestra disposición por la paz”. La vigencia de sus reflexiones resulta admirable.
Los co fundadores de la FARC-EP, Manuel Marulanda y Jacobo Arenas.

24 años atrás, el gobierno de Virgilio Barco promulgaba una iniciativa de paz inspirada en el principio de “mano tendida y pulso firme”. Según ella, la reconciliación plena sólo sería posible cuando se lograra la disolución de los grupos armados, su desarme y reincorporación a la sociedad dentro de un contexto de garantías efectivas y específicas. “Compromisos precisos dentro de plazos definidos” exigía. Jacobo Arenas redactó para la historia la respuesta insurgente: “Querer ahora resolver los problemas de la más honda crisis de toda la estructura y superestructura tradicional del país, con un plan de paz que es… ‘un ultimátum militar envuelto en amena retórica’, es la vieja equivocación de los gobiernos oligárquicos de este hemisferio”.
En la emisora. . . .
Equivocación en la que fatalmente se sigue persistiendo. El comisionado Alberto Rojas Puyo enteraba al Secretariado de las FARC en noviembre de 1983: “Última campaña psicológica-política de los guerreristas de fuera y de dentro del Ejército: que las FF.AA. están en capacidad de liquidar las FARC pero que no les dan la libertad necesaria para ello. En consecuencia, que les quiten las ligaduras, que les dejen las manos libres”. Tras 29 años de violencia y terror, el ministro de defensa Juan Carlos Pinzón afirma orondo que la confrontación colombiana “apenas” afecta al 4,6% de su población, pese a lo cual advierte que en los próximos meses se aumentará el pie de fuerza en 20.000 policías y 5.000 soldados, se comprarán diez helicópteros Black Hawk y más vehículos blindados para el transporte de tropa, 52 botes para operaciones fluviales, 21 lanchas rápidas para guardacostas, cuatro aviones de transporte y se modernizarán los aviones Kfir. Paradójico que para dar el puntillazo final a unas guerrillas vencidas sean necesarios semejantes refuerzos.
Siempre lo tuvo claro el camarada Jacobo: “La paz mata a los guerreristas. La paz es la apertura democrática a la que el militarismo le teme más que el diablo a la cruz”. “Imponerles la paz a los altos mandos militares, tendrá que ser una labor de Colombia entera”. “La maquinaria bélica actual del Estado Colombiano es un monstruo dispuesto a hundir el país en la violencia y el terror al precio que sea. A sus personeros les tiene sin cuidado el prestigio internacional de la Nación, ni la vida de sus hijos. Les dieron la misión de hacer la guerra para evitar los cambios reclamados por la opinión”. Se trata de lecciones para no olvidar jamás.
Desde el páramo el inolvidable comandante guerrillero colombiano.

Y que cobran hoy toda su fuerza: “Aquí, aquellos, no quieren correr la suerte de sus congéneres del Cono Sur del Continente y se aferran al clavo ardiendo de lo que suelen llamar institucional. Cuando en justicia son acusados se defienden acusando. Para ellos todo lo que no sea fascismo es “subversión”. Todo lo que no sea reacción es revolución. Y se hacen pasar como cruzados de la tradición legalista de la Nación para evitar ser localizados como lo que son: agentes pagados del complejo militar industrial de los Estados Unidos de Norteamérica”.
Inspirados por la conciencia aguda de Jacobo Arenas, podemos asegurar sin la menor vacilación, que lo que la ultraderecha reprocha a Santos como debilidad de su política de seguridad, no es más que la expresión material del fracaso histórico de la estrategia de guerra total en Colombia. La demencia uribista que pretende arrastrar el país al abismo de la devastación general, y a la que Santos no ha sido ajeno en sus dos primeros años de gobierno, es la expresión actual del mismo fanatismo inútil que condujo a la agresión contra Marquetalia, sin otros resultados que una creciente y pavorosa confrontación entre colombianos.
Nuestro llamado a la paz es sincero, removamos las causas que generan la confrontación. Las clases dominantes en Colombia debieran considerar con toda seriedad hasta donde nos ha conducido su obcecación. Repetimos con Jacobo Arenas hoy: “En esta lucha por la paz democrática nosotros estamos poniendo todo lo que tenemos y una indoblegable voluntad de concordia nacional. Si no lo logramos, el verdadero derrotado sería el pueblo Colombiano ya harto de sangre y muerte a manos ya se sabe de quienes, y se incrementaría la represión, pero también la guerra popular. Ojalá eso no vaya a ocurrir”.
Al último descanso.

Pero más que a las clases dominantes, es al pueblo colombiano a quien le corresponde levantar y hacer suya la bandera de la paz democrática. Es claro que la oligarquía no va a sacar con simpatía la llave que escondió en su más recóndito bolsillo. Ya lo había sentenciado Jacobo Arenas en 1988 con lucidez impresionante: “Sólo un poderoso movimiento de opinión podría detener y hacer cambiar la política de guerra del actual gobierno.
Tal movimiento parece vislumbrarse y ojalá haga presencia pronto”.Ojalá, sí, que entre todos los colombianos que soñamos con una patria amable, en desarrollo y en paz podamos conquistar ese invaluable bien en corto plazo.
¡Vivan la memoria y obra del Comandante Jacobo Arenas!
¡Comandante Jacobo Arenas!… ¡Estamos cumpliendo!
SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
Montañas de Colombia, 10 de agosto de 2012.

jueves, 9 de agosto de 2012

Carta de la Prisionera de Guerra Marinelly Hernández Orozco


Inquebrantable, la Prisionera de Guerra MarinellyHernández Orozco que se negó a declarar ante los jueces por pertenecer una organización politíca-militar que combate en vez de reconocelas leyes colombianas. ESCUCHA SU DECLARACIÓN: https://www.box.com/s/05be4b0e1feac8ecc4d7




Carta de la Prisionera de Guerra Marinelly Hernández Orozco


48 años de resistencia en Colombia
Por Marinelly Hernández Orozco
Martes, 07 Agosto 2012
La CRB-VR presenta un escrito de la Prisionera de Guerra Marinelly Hernández Orozco, quien con motivo del 48 aniversario de las FARC-EP nos hace llegar sus saludos: "Les escribo a todos ustedes en este mayo de 2012, en que todos los guerrilleros de las FARC-EP estamos conmemorando 48 años de resistencia y lucha político-militar, contra este régimen oligárquico capitalista, que apoyado por potencias guerreristas extranjeras han impuesto una guerra salvaje a nuestro pueblo colombiano, al más alto costo de “vidas humanas”.
Mayo 27 de 2012
Saludo al pueblo colombiano y en general a los pueblos hermanos de lucha en el mundo entero, que reivindican los derechos en los diferentes escenarios. Honor y gloria a nuestro comandante camarada Manuel Marulánda Vélez, indómito revolucionario, padre creador de nuestra hermosa organización guerrillera, las FARC-EP.
Honor y gloria a nuestros comandantes miembros del Estado mayor Central de las FARC-EP y su secretariado, a los combatientes, milicianos bolivarianos, militantes del Partido comunista Clandestino, campesinos, y todos los que en el transcurso de esta ardua guerra han entregado sus vidas por la concreción de esta noble causa.
Les escribo a todos ustedes en este mayo de 2012, en que todos los guerrilleros de las FARC-EP estamos conmemorando 48 años de resistencia y lucha político-militar, contra este régimen oligárquico capitalista, que apoyado por potencias guerreristas extranjeras han impuesto una guerra salvaje a nuestro pueblo colombiano, al más alto costo de “vidas humanas”.

Orgullosa de pertenecer a las FARC-EP quiero reivindicar la lucha revolucionaria desde la parte trasera de los barrotes que me impiden estar de cuerpo en la libertad y en compañía de todos y todas ondear las banderas de la dignidad y la lucha, así como el más hermoso compromiso con nuestro pueblo.
En este 27 de mayo las FARC-EP tenemos más razones para continuar luchando y combatiendo al enemigo de clase. Las amenazas guerreristas han existido en contra de nuestra organización a lo largo de estos 48 años de lucha. Guerras hemos vivido todos los colombianos hace muchos años, la misma que ha venido desangrando nuestra patria desde el año 1492 y cuya punta de lanza hoy son los militares y paramilitares.
Por eso, las amenazas de aniquilar a los integrantes de las FARC-EP, hechas por el señor Juan Manuel Santos, ilegítimo presidente de Colombia, causan cierta hilaridad. Lo que santos deja ver son los ataques de histeria en el afán de camuflar el desconcierto que produce su incapacidad para derrotar la protesta social. Les resulta complicado luchar contra un ejército revolucionario, armado ideológicamente, con principios y razones de lucha, que aplica una táctica acertada y una estrategia para la toma del poder.
Debe ser vergonzoso quedar mal en público con falsas desmovilizaciones pues años atrás han pretendido engañar al mundo mostrando una guerrilla derrotada, cuando la realidad es de lucha y dignidad.
El Estado colombiano nos ha cerrado todas las puertas para vivir en paz y con justicia social dejándonos como único camino el de la lucha.
Nuestra lucha es la prolongación de las luchas históricas por la primera independencia, que hoy alimentada por las multiples luchas reivindicativas y estructurales, se encamina a la consecución de la segunda y definitiva independencia, que acabe con la expoliación y las masacres.
En 1492, fue el año que el imperio español interrumpió la tranquilidad, la sana convivencia de los pueblos indígenas americanos, más concretamente en Suramérica, donde a su paso arrasaron con costumbres culturales, religiosas y riquezas naturales del suelo y el subsuelo convirtiendo nuestra patria en territorios desolados y en socavones como consecuencia de la irracional explotación y robo de las riquezas de la nación. Lo mismo sucedió con los experimentos, la mezcla de razas a través, torturando y despareciendo poblaciones enteras, como en la actualidad está sucediendo con el imperio capitalista que gobierna.
Desde 1492, Nuestra América está bañada por mares de sangre en una confrontación de los poderosos contra los más pobres, llevándose a su paso todas las riquezas que nos pertenecen: tierras, recursos, la tranquilidad, la paz. Hacen uso de su poder bélico, apoyados en la más desarrollada tecnología y en la guerra sucia.
Simón Bolívar El Libertador, el padre de nuestra patria luchó contra los españoles liderando batallas al frente de un numeroso ejército revolucionario, para conseguir la libertad e independencia de cinco repúblicas. Bolívar liberó a esclavos, que eran víctima de la crueldad de los españoles hasta causarles su muerte. Bolívar devolvió a los indígenas y mestizos las tierras que los españoles habían robado. Con su ejército revolucionario y su incansable lucha devolvió la tranquilidad a las naciones golpeadas por los invasores; lastimosamente las oligarquías traicionaron su ideario y torcieron su proyecto de dignidad y garantías sociales.
Qué vergüenza que en la historia oficial, esta brutal invasión aparezca como el “descubrimiento de América”, cuando tristemente fue la puerta de entrada al genocidio, al destierro, a la esclavitud de indígenas y negros, fue el comienzo de una guerra recrudecida sin regreso a la normal tranquilidad, la guerra infinita que ha azotado por décadas a nuestros pueblos.
Son estos hechos causa de la rebeldía de las pobrerías, heredada por los marquetalianos, que un 27 de mayo decidieron no permitir que el gobierno capitalista de Colombia siguiera tratando los problemas de los pueblos como le viniera en gana, como sucedió con la masacre de los trabajadores bananeros el 6 de diciembre de 1928 porque reclamaban sus derechos. O como el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de Abril de 1948, sin numerar los otros miles que conocemos y que permanecen en la impunidad.
Cuando el gobierno niega la ayuda a los campesinos de Marquetalia para carreteras, escuelas, puestos de salud, inversión agraria, y se inclinó por la guerra, declarando a Marquetalia como república independiente para justificar la agresión militar al movimiento agrario, es que se produce el levantamiento en armas de 48 campesinos que bajo un gigantesco operativo compuesto por 16.000 efectivos con el apoyo de los EEUU llevaban la misión de exterminarlos.
Abandonaron a sus mujeres, hijos y los pocos bienes para organizarse en un ejercito revolucionario que nace el 27 de mayo de 1964, desde esa fecha venimos luchando de manera ininterrumpida al lado del pueblo colombiano. Una lucha a conciencia buscando la igualdad social y el respeto de nuestra soberanía.
Son 48 años donde hemos sido incansables en la búsqueda de una salida política dialogada al grave conflicto social y armado , para lograr la paz, pero la oligarquía colombiana ante nuestras propuestas de paz ha respondido con planes de guerra terrorista y la justificación para sabotear la esperanza del pueblo de que se abra un camino hacia la paz con justicia social, que tanto queremos los colombianos, quedando claro que tenemos que luchar y que las FARC-EP estamos más vivas que hace 48 años.
¡VIVAN LAS FARC-EP!
¡CON BOLIVAR, CON MANUEL, CON EL PUEBLO AL PODER!
MarinellyHernandez Orozco.
Complejo Carcelario de Ibague Tolima.