La guerrillera que negocia en la Habana representa a miles de
compañeras de armas de las FARC
Por
Dick Emanuelsson, ANNCOL
Unas reflexiones subjetivas sobre los “40 por
ciento de los combatientes de la guerrilla de las FARC-EP
La voz de la fiscal* fue
fría, seca, casi metálica, cuando me hizo la pregunta: ¿“Cuántas veces ha
visitado usted campamentos guerrilleros”?
Fue entonces cuando
irrumpió en mí el recuerdo de otras Mujeres, guerrilleras, ellas, dueñas de
expresiones totalmente diferente a las de la fiscal. Ellas eran cálidas,
amables y hospitalarias.
La vida de la fiscal
seguramente ha sido muy distinta a la de aquellas mujeres que se incorporaron a
las filas guerrilleras, en su mayoría oriundas de hogares de familias
campesinas. Mujeres que conocieron los rigores de la vida y las injusticias que
la rodean que fue el motor que las impulsó a ingresar a las filas guerrilleras.
Lamentablemente no se ha hablado mucho de ellas, así como tampoco se han
dedicado horas ni dinero para plasmar su vida en celuloide o en papel.
Siempre existe el temor de
que cunda el ejemplo, por ello es mejor obviarlo, hacer creer que no existen en
medio de una realidad tan cruel cientos de conciencias desarrollándose
unitariamente para desarticular proyectos exterminadores.
CARLOS
ARTURO ALAPE, legendario escritor y periodista fue uno de los pocos en considerar que es necesario hablar sobre
el movimiento popular colombiano que por supuesto, incluye a la guerrilla,
porque es parte de la realidad colombiana. En la década del ’80 ó ‘90 realizó
una antología basada en la recopilación de datos y entrevistas con miembros del
movimiento insurgente, las FARC y el ELN.
No existen, hasta el
momento, muchos más materiales al respecto. Y no es un dato para omitir,
sabemos que la guerra psicológica y la reducción del espacio democrático, así
como la nula expresión de libertad en Colombia, ha asustado a tal grado que
pocas veces la prensa seria se atreve a realizar reportajes en las regiones de
bajo control guerrillero.
El temor de alguna manera
es comprensible, la estigmatización ya está instalada, bien sabemos que quien
se atreviera a interesarse por la situación de esos hombres y mujeres en lucha
permanente, a los que Jacobo Arenas llamaba “Revolucionarios Profesionales”,
verá tras de sí la horda de agentes del DAS tratando de vincularlo con la
insurgencia.
DOS
SEMANAS DESPUÉS de iniciadas las conversaciones para el nuevo proceso
de paz, en La Habana, la prensa dio cuenta de la participación de una mujer
integrante de las FARC, en esas conversaciones. Tras el descubrimiento aún
enroscados entre los pliegues del factor sorpresa, comenzaron a mencionar a
Sandra Ramírez, “viuda de Manuel Marulanda”, mujer de fuerte personalidad con
31 años de acción en las filas guerrilleras.
A Sandra la conocí entre
los meses de marzo-abril de 1988 en Casa Verde, cuando se celebró la 2ª Cumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón
Bolívar. Esa fue la primera vez que pisé territorio guerrillero y realmente
fue una experiencia emocionante, sobre todo la presencia de los 40 por ciento
de los combatientes que eran y son mujeres. Ella era la compañera de Manuel
Marulanda, cuestión que no le otorgaba ningún beneficio con respecto a sus
compañeros. Hacía las mismas tareas, tenía los mismos deberes y derechos que cualquier
guerrillero raso. Tiempo atrás había comenzado a seguir el proceso guerrillero
en el que descollaba la figura de un líder que según el ejército y los medios,
fuera asesinado unas 1200 veces, hasta que volvía a “aparecer” cada vez, echando
por tierra las versiones existentes. El Tiempo, medio oficial, transcribía
textualmente los partes de guerra del ejército colombiano, donde también
volcaba la mentira.
La guerrillera Oneyda |
EN
CASA VERDE también conocí a Oneyda, una
guerrillera de rasgos indígenas como muchas otras guerrilleras. Con su fusil M2
prestaba guardia en una trinchera construida con gruesos troncos. Tenía,
además, una cadena de la que pendían latas vacías que habrían de chocarse entre
sí en caso de avance del enemigo.
Me contó los duros momentos
que vivía cuando era campesina y el “patrón” la trataba tan mal como no merece
ser tratado siquiera un animal. Esas injusticias la empujaron selva adentro,
buscando en la guerrilla su dignificación. Su sueño era –y es- construir un
campesinado sin terratenientes ni hordas paramilitares acosando a los
campesinos.
Eliana, la radiooperadora de Rául Reyes 2005. |
Recuerdo a Susana a quien conocí en 2005. Ella fue
una de los tres sobrevivientes del bombardeo al campamento del comandante Raúl
Reyes el 1 de marzo de 2008. Ante la entrevista en abril 2005 se arreglaba
frente a un espejo con esa coquetería femenina que ni aún en las circunstancias
más difíciles ellas quieren omitir.
Susana sobrevivió el bombardeo 2008 |
Luego del bombardeo en el
que muriera Raúl y sus compañeros más cercanos, ordenado por el entonces
ministro de defensa, Juan Manuel Santos y su jefe, Álvaro Uribe Vélez, Susana
fue herida gravemente en ambas piernas. Salvó su vida increíblemente y luego
fue recibida en la que se conoce como una ejemplar actitud solidaria brotada
desde la Nicaragua Sandinista, gracias a la interferencia del Comandante Daniel
Ortega.
No tuvieron la misma suerte
Yarlene, enfermera indígena, ni Marcela, joven guerrillera que conoció Putumayo
diez años antes del crimen que borró sus sonrisas para siempre.
INOLVIDABLE
FUE EL IMPACTO que me causó otra Mujer Guerrillera, Lucero Palmera, compañera de vida y
lucha de Simón Trinidad con quien tuvo una hija hermosa. Lucero también era
colega como encargada de la radio Voz de
la Resistencia–Cadena Radial
Bolivariana, CRB.
Lucero Palmera en posición de combate en la montaña del norte de Colombia |
En la emisora |
Lucero se preparaba desde
las 3 de la madrugada para abrir las transmisiones a las 6 en punto, cuando el
himno nacional y el de las FARC anunciaban el nuevo día en lucha de la
guerrillerada.
Nunca la vi acostarse antes
de la medianoche, que era cuando cerraba la jornada. Un día fuimos al río y
allí pude conversar con ella durante dos horas. Con total compañerismo accedió
a una serie de preguntas y me impactó su sinceridad y optimismo, su
convencimiento de las razones que la impulsaron hacia adentro de las FARC y su
firmeza al sostener que estaba dispuesta a dar su vida por la Nueva Colombia.
La hija de Lucero y Simón |
ESTOS
SON ALGUNOS DE ENTRE LOS MILES de ejemplos de mujeres en lucha heroica por su
pueblo. Tal como fue el de Sandra ya que a todas las une el hilo conductor
hacia un nuevo mundo más justo y equitativo para el pueblo colombiano.
Al ver a la fiscal no pude
menos que compararla con las otras siendo todas partes de la misma realidad
colombiana y lo hago sabiendo que las comparaciones suelen ser desagradables.
Una realidad que urge
cambiar tanto para el campesino como para el habitante de las ciudades, ya que
la miseria y la injusticia son los mismos flagelos padecidos por todos. Porque
allí se rigen los destinos de la patria bajo la sombra feroz del neoliberalismo
que ahora, bajo el mandato de Santos, será profundizado tal como cuando se dio
la “Apertura Económica” de César Gaviria al principio de la década
90,´produciendo, precisamente, la entrega del mercado del campo colombiano que
ahora serán los recursos naturales al gran Capital Transnacional.
El terrorismo de estado
está instalado en Colombia, quienes se oponen a ese régimen se convierten en
víctimas inminentes del poder fáctico oligarca.
LUCERO
PALMERA LLORÓ la muerte por asesinato paramilitar de sus hermanos y
sobrinos, cuando Jorge 40 diera la orden macabra, apoyada en su histórica
connivencia con el ejército en el norte de Colombia y los oligarcas y
terratenientes en el departamento de Sucre.
¿Conocerá esos crímenes la
fiscal que opera desde una oficina confortable en el centro de la capital
colombiana? ¿Será capaz de denunciar en algún momento a los autores
intelectuales –ya no digo a los matones a sueldo- dirigidos por Uribe y el
Departamento de Estado?
Son relatos como los de
Lucero y Sandra los que hacen menos complicado entender el tema del Conflicto
Social y Armado, porque son auténticos, surgen desde el seno de la realidad
colombiana.
Sandra en el Malecon de la Habana. |
Sandra, hoy, en pleno
diálogo y lejos de su tierra, lleva el mensaje de sus miles de compañeras de
armas, va rodeada por el espíritu de todas y cada una de esas mujeres que
fueron capaces de conmoverse ante el espanto que padece su tierra.
Como periodista desde hace
muchos años, entrevistarlas a todas ellas en el terreno de la lucha que
atraviesan cada mañana, desde que el sol despierta en el horizonte donde para
desplegarse por la Cordillera Oriental de los Andes, puedo asegurar que fue uno
de los orgullos más grandes que llevaré conmigo el día que me toque partir
hacia otro rumbo.
* En la audiencia el 19 de agosto este año en el juicio contra el director de ANNCOL, Joaquín Pérez.
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