domingo, 7 de octubre de 2012

Del infierno al purgatorio. El caso del guerrillero prisionero político Oscar Darío Manrique Giraldo





Segundo llamado a la solidaridad con el prisionero político Oscar Darío Manrique Giraldo, detenido en ERON-Picota
Por los Presos Políticos de Colombia
Tendido dolorosamente sobre el camarote de concreto en la celda numero 8 del patio 14 en la torre F del ERON-PICOTA, en Bogotá, Oscar Darío sufre el dolor de su pierna izquierda atravesada por los helados metales de un tutor mal atendido por los precarios servicios sanitarios del INPEC; mientras recuerda con nostalgia los últimos momentos de tranquilidad vividos en libertad.
Ese lunes 19 de marzo del ano en curso, en horas de la tarde, llegaron a la vereda Fundación en el municipio de Arauquita, Arauca, los 14 guerrilleros de la Compañía de Orden Publico Uriel Londoño, del Frente 10 de las FARC-EP bajo el mando de Robinson. Tras haber marchado por espacio de una hora desde el anterior campamento. La tarde parecía ofrecer un descanso al trajín diario de la guerra, y todos se entregaron a lo que parecía una noche fresca y grata.
Pero en la madrugada del martes 20 de marzo, a las 3:30, llegaron tres helicópteros con vuelo rasante para evitar ser escuchados a la distancia, de modo que cuando los centinelas dieron la alarma, ya estaban sobre el campamento huracanando el aire con sus aspas y devastándolo todo con el fuego nutrido de su ametrallamiento.
“Eso parecía el fin del mundo” -dice Oscar rememorando aquel infierno.
Oscar ya ha perdido la cuenta del total de combates vividos y sufridos desde su vinculación a la lucha revolucionaria en las filas insurgentes, remotamente sobre salen en su memoria cuatro ametrallamientos y cuatro bombardeos previos a aquel infierno en el que tras combatir durante una hora, cubriendo con el fuego de su fusil la retirada de sus compañeros, cayó herido con dos disparos en su brazo izquierdo que rompieron tejidos blandos, dos disparos en el brazo derecho que rompieron tendones y hueso (de lo cual esta relativamente recuperado), y un disparo en la pierna izquierda que le destrozo el fémur.
Ahora recuerda todo ello desde este purgatorio sin el alivio de estar fuera de combate, pues ahora padece las inclemencias del abandono, la burocracia penitenciaria, la negligencia médica y el deterioro de su salud bajo el riesgo de agravamiento o la atrofia definitiva por la irresponsabilidad de sus cancerberos y custodios.
Gracias a la respuesta a nuestro primer llamado de solidaridad, que incluyo la gestión de una tutela, ahora los funcionarios públicos han venido a visitar en tropel al este joven sencillo, humilde y valiente, no ya con el afán de darle atención integral, sino desde el frío e impersonal e inhumano interés de evitar que un juez restablezca los derechos vulnerados a través del peso de un fallo.
Así han venido oficiales y funcionarias de Sanidad del INPEC, respondiendo por fin los ya refundidos y traspapelados derechos de petición que no atendieron antes, con miras a quitarle piso a la tutela.
También lo visitó la Defensoría del Pueblo amablemente a ver el estado de las gestiones.
Por ello el llamado de hoy, es a mantener un acompañamiento y monitoreo constante para que el INPEC no resuelva, como de costumbre, por vía exclusiva de la tramitología y del papeleo, sino que se garantice la atención medica integral que realmente requiere.
Agradecemos todo el apoyo recibido por todos ustedes desde un primer momento, y confiamos en que la solidaridad será siempre más fuerte que cualquier poder y cualquier aparato de dominación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario