Las cifras sobre la pobreza en el campo
colombiano son horrorizantes.
En la foto, una familia campesina de Urabá.
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Pobreza rural en cifras
Por Partido Comunista Clandestino de Colombia, PCCC
Jueves, 04 Octubre 2012
En último término, el
proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural, es continuidad del desarrollo
neoliberal, abriendo nuevos negocios con la tierra, creando una nueva espacialidad
del capitalismo, justificado en la internacionalización de la economía.
El proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural de la
administración Santos, anuncia programas sociales priorizando los territorios
con “mayores índices de pobreza rural”. En su Plan Nacional de Desarrollo
Neoliberal 2010 – 2014, reportó la pobreza rural por ingresos en 64.3% (2009).
No deja de extrañar que en presentaciones de esta Ley siga
utilizando esa cifra. La correspondiente a 2011 es de 46.1 por ciento. En
Colombia se ha demostrado que la política más eficaz para la reducción de la
pobreza, es cambiar la metodología de medición.
Debemos aclarar desde un comienzo que estas cifras son
producto de la Misión de empalme de las series de empleo, pobreza y desigualdad
y ahora del DANE. Y aquí en Colombia en Cifras hemos sostenido que el
instrumento utilizado para el diseño de políticas públicas es el SISBEN:
Sistema de identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales.
Aquella es más utilizada en la propaganda oficial y el SISBEN como criterio en
la asignación de algunos subsidios.
Consecuente con el asistencialismo, éste proyecto de Ley
ratifica el uso del SISBEN en el artículo 252 referido al “Amparo de Pobreza”.
Allí dice que “el Juez concederá el amparo de pobreza a la población rural
priorizada… los beneficiarios del Programa de Formalización pertenecientes a
los niveles 1 y 2 del SISBEN.” Así mismo utiliza los conceptos de focalización
y población vulnerable propios de esta metodología, para la asignación de
subsidios de vivienda rural, jóvenes, mujeres cabeza de hogar, seguridad social
rural, entre otros.
Repasemos las cifras de la población y la pobreza rural con
los diferentes indicadores utilizados oficialmente por parte del Estado.
Población rural
La población en Colombia sumó en el censo de 2005, un total
de 42.888.592 habitantes. De estos, el 74.36% habita el perímetro urbano y el
restante 25.64% en la zona rural. En términos absolutos, la población rural se
acercaría a los 11 millones. Habría que matizar la cifra con 7 años de
desplazamiento forzado, de migración producto del abandono del campo, el
desempleo y la falta de oportunidades. A 2012 la población en Colombia se
proyecta en 26.5 millones.
Los porcentajes de esta ocupación no dejarían mucho margen
para una discusión sobre la obviedad de la urbanización. Sin embargo, al
utilizar un inventario más amplio de datos es posible destacar el poblamiento
rural, y por esa vía dimensionar las magnitudes de la pobreza y los recursos
que demanda resolverla.
Con el censo de 2005, concluimos que de los 32 departamentos
en que está distribuida Colombia, 8 tienen un número de población rural mayor
al que habita el perímetro urbano; esos departamentos son: 1. Cauca: 61.98% de
1.268.937 habitantes; 2. Chocó: 50.74% de 454.030; 3. Nariño: 54.19% de un
total de 1.541.956; 4. Putumayo: 56.27% donde suman 310.132 personas; 5.
Amazonas 62.11% de una cifra de 67.726 pobladores; 6. Guainía: 69.36% de
35.230; 7. Vaupés: 64.67% de 39.279 y 8. Vichada: 62.35% de 55.872
habitantes.
A esto se suman 5 departamentos cuya población está
distribuida casi por partes iguales en ambas zonas: 1. Boyacá: 48.51%; 2.
Caquetá: 44.99%; 3. Córdoba: 49.72%; 4. La Guajira: 46.07% 5. Guaviare: 47.92%.
En total la población de estos 13 departamentos representa el 17.92% del total
nacional.
En el caso de los municipios, de los 1098 existentes, 751
presentan un número mayor de habitantes en la zona rural que en la urbana, a
los cuales se suman los 20 corregimientos departamentales. Esos municipios
representan 68.40% del total. A lo anterior se agrega que 985 municipalidades,
es decir, el 89.71%, tienen hasta 50.000 habitantes, entre las cuales están
incluidas cinco capitales: Mocoa, Leticia, Inírida, Mitú y Puerto Carreño.
En sentido similar se manifestó el Informe Nacional de
Desarrollo Humano del PNUD 2011, “Colombia Rural, razones para la esperanza”.
“Colombia es más rural de lo que se cree”, dijo el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo. Según el Informe, “no el 25% sino el 32% de los colombianos
son pobladores rurales, y en las tres cuartas partes de los municipios, cuya
área ocupa la mayoría del territorio nacional, predominan relaciones propias de
sociedades rurales.”
Uno de los vacios que se han evidenciado no solo en el
proyecto de Ley, sino en el Estado en general, es sobre la información del
campo. La ley no presenta ninguna cifra, aunque propone el Sistema Integral de
Información Estadística y Geográfica del Sector Agropecuario, el cual se
soportará en la realización de censos rurales decenales, en una muestra rural y
en un sistema anual de encuestas inter-censales. (Artículo 13). Es claro que
estos instrumentos están encaminados hacia la planificación de mercados, y no tanto
para conocer y resolver problemas de la población.
Pobreza rural
Arriba escribimos que en el Plan Nacional de Desarrollo
Neoliberal 2010 – 2014 de Santos, se cuantificó la pobreza por ingresos en
64.3% en la zona rural a 2009. Y que la última cifra correspondiente a 2011 es
de 46.1 por ciento. Con los datos del censo del 2005, esto representaría algo
más de 7 millones de personas en la pobreza. Lo que se deja por fuera del
diagnóstico del Plan es el dato de Indigencia que en 2008 se calculó en 32.6%.
Es decir que la pobreza que recibió el actual gobierno copaba casi la totalidad
de la población rural.
Pero como los Santos hacen milagros, veamos ahora los
últimos datos. En el informe presentado en mayo de este año, continuidad de la
metodología de la Misión de empalme de las series de de empleo, pobreza y
desigualdad y ahora del DANE, la pobreza se redujo del 49.7% (2010) a 46.1 en
2011. 16 puntos porcentuales más que la zona urbana. Y 12 más que el promedio
nacional.
La pobreza extrema pasó de 25% a 22.1 por ciento. Algo más
de 7 veces mayor a la pobreza extrema de las 13 áreas metropolitanas. Y el
doble de la cifra nacional.
Según esta metodología, en centros poblados y área rural
dispersa, la pobreza multidimensional medida por el IPM se mantuvo en el mismo
porcentaje entre 2010 y 2011: 53.1%
Sobre el tema del SISBEN escribimos en un reciente informe
titulado Pobreza y Desigualdad en Colombia 2012. Allí sostenemos que en los
avances del SISBEN III no se rebaja la cifra de 30 millones de personas en la
pobreza, incluso con la persecución de los “colados”: etiqueta asignada por los
tecnócratas a quienes ellos consideran no tienen por características de pobres.
Sería pertinente que el gobierno publicara resultados de la
zona rural. Más aun si tenemos en cuenta que una de las novedades del nuevo
SISBEN es incluir tres rangos geográficos: las ciudades grandes, las pequeñas y
las áreas rurales. "Antes sólo se miraba el campo y la ciudad, ahora
separamos las 14 principales ciudades del resto de capitales y el campo, porque
una persona que no tiene acueducto en Bogotá es pobre, mientras que si esta
misma situación ocurre en un hogar de Yondó, no es indicador exacto de
pobreza". Esta perla la dijo Esteban Piedrahita, director de Planeación de
Uribe. (Portafolio, 21 de mayo de 2010).
A NUESTRO MODO DE VER, los resultados positivos presentados por la Misión de
empalme y por el DANE, se contradicen con la Encuesta de Calidad de Vida 2011,
presentada por el mismo DANE. Bien raro si tenemos en cuenta que algunas de las
variables de esta son contempladas por aquella. De ahí el mar de dudas que
generan y la incredibilidad del Pueblo, que además no necesita instrumentos
para darse cuenta del crecimiento de la miseria en nuestro país.
·
En el caso de los
servicios públicos, para la zona rural, la ECV dice que rebajó la cobertura en
energía eléctrica, gas, acueducto, alcantarillado, recolección de basuras y
teléfono. En cambio aumentaron los hogares que no cuentan con ningún servicio
llegando al 8.2%.
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El analfabetismo en
mayores de 15 años fue ubicado en el 13.6. Superando en 7 puntos que el dato
nacional y 10 más que los centros urbanos.
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Creció el número de no
afiliados al Sistema General de Seguridad Social.
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La tenencia de vivienda
totalmente pagada bajó al 46.6%. Creció 6 puntos la tenencia por usufructo.
Posesión sin título llegó a 5.7%. La propia pagando pasó de 1.7 a 1.9. Y en
arriendo bajó a 9.6.
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El 61.7% se desplaza a
pie para ir a trabajar. El doble de la cifra nacional.
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46.7 de los jefes de
hogar manifestaron que no alcanza para los gastos mínimos y 49.6 solo para los
gastos mínimos. Esto es el 96.3 por ciento.
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Finalmente, la ECV 2011
reportó que el 68.2% se considera pobre.
Para concluir, podemos sostener que el proyecto de Ley de
Tierras y Desarrollo Rural pretende aparecer generoso y preocupado por los
pobres en las zonas rurales, pero no está innovando en absolutamente nada en
polìtica social. Por el contrario, ratifica el mismo asistencialismo ya
convertido en fracaso, pues los programas ofrecidos hacen parte del desastre
neoliberal.
Lo mismo se puede afirmar de los “escenarios de
participación de la población, en la definición, ejecución y seguimiento de los
proyectos que los involucre.” (Artículo 22). Convocar la participación de la
población sin rectificar el camino de la democracia participativa convertida en
promesa incumplida es pura demagogia y estrategia de cooptación ante la
creciente movilización popular, indígena y campesina.
EN ÚLTIMO TÉRMINO, el proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural, es
continuidad del desarrollo neoliberal, abriendo nuevos negocios con la tierra,
creando una nueva espacialidad del capitalismo, justificado en la
internacionalización de la economía. La Ley no comienza ahora. Tiene
antecedentes en el copamiento militar y paramilitar del territorio, en el
desplazamiento forzado y en el despojo. La Ley es el siguiente paso en la
institucionalidad. Socialista el futuro será.
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