Julián
Conrado sobre la mesa de diálogo: fundamos los fusiles para hacerle columpios
a los niños
Es demasiado pequeño mi calabozo para que quepa toda la alegría
que derrama mi corazón por los nuevos diálogos de Paz que han abierto entre
quienes hoy gobiernan en Colombia y las FARC- Ejército del Pueblo.
Yo, que he entregado toda mi vida de canciones al servicio de la
lucha por la Paz con Justicia Social para mi país, desde mi encierro físico en
la República Bolivariana de Venezuela, hago fuerza para que todo salga bien y
que ojalá mi pueblo no vuelva a ser burlado, engañado y traicionado como ha
venido sucediendo desde los tiempos de Galán el Comunero.
El mundo entero sabe, que los diálogos de la Uribe, por ejemplo,
no fueron más que una trampa del Imperialismo norteamericano y la oligarquía
colombiana para asesinar cobardemente a los líderes populares, patrióticos y
revolucionarios. Así exterminaron a sangre y fuego a la Unión Patriótica,
organización política que floreció para la Paz en medio de aquel proceso. 5000
hermosas vidas de nuestro pueblo nos arrebataron los enemigos descarados de la
Paz; y no fueron más porque muchas y muchos buscaron refugios en otros países,
y otras y otros, como en el caso mío que fui militante de esta organización, no
tuvimos más opción que marcharnos a las montañas guerrilleras. Pero yo me fui
sin perder jamás la fe de ver hecho realidad un sueño que luego se me volvió
canción:
“Anoche soñé con un mundo humano
sin rencor
Que pesar tener que despertar de
ese sueño tan lindo
Como ya no existía oprimido,
tampoco opresor
Fundían los fusiles para hacerle
columpios a los niños”
No es fácil bajo la dictadura del mercado y el dinero que hoy
impera en el mundo, lograr la Paz. La guerra, terrible negocio de la muerte, es
de los EEUU. Hay que ver el monumental presupuesto militar con que cuentan.
Afortunadamente para la humanidad, cada vez somos más quienes
con honestidad amorosa, nos colocamos de la fuerza de la razón, la razón de la
vida y así oponernos con dignidad, a la fuerza destructora del Capital.
Me siento lleno de optimismo. No es que de lograrse el fin de la
confrontación armada esto signifique, en si, la Paz con Justicia Social, pero,
qué bueno que se creen las condiciones para que quienes soñamos con esa, que es
la verdadera Paz, podamos continuar por caminos distintos a lo de la muerte.
¡Cese entonces, el Terrorismo de
Estado!
Hoy, como siempre, mi corazón al igual que el de John Lennon,
canta:
“Imagina toda la gente viviendo
la vida en Paz…
Imagina que no hay posesiones
Imagina toda la gente,
compartiendo el mundo
Puedes decir que soy un soñador,
no soy el único…”
¡VIVA LA PAZ CON JUSTICIA Y AMOR!
¡AMANDO VENCEREMOS!
Bolivariana y Aliprimerianamente…
Julián Conrado
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