miércoles, 12 de septiembre de 2012

El fuero que reclaman la extrema derecha y las Fuerzas Armadas



El fuero que reclaman la extrema derecha y las Fuerzas Armadas
Matanzas despiadadas que nunca deben ser mencionadas ni investigadas. Como aquella en que murió Martín Caballero con 19 de los suyos.
Por Gabriel Ángel, FARC-EP
Más generales norteamericanos llegan al país a tomar las riendas de las operaciones militares, pese a que Santos debe tener conocimiento de su estruendoso fracaso en Irak y Afganistán. Una señal más de por dónde marchan sus pensamientos. Igual sucede con su incondicional apoyo a la exigencia uribista de reforzar el fuero militar porque los pobrecitos militares están cercados.
Cabe detenernos un tanto al respecto. Aunque chillen y pataleen los neonazis que defienden esa tesis. Eso de  que la moral de los militares colombianos anda por el suelo a raíz de la ofensiva jurídica inspirada por la insurgencia, eso de que las operaciones andan frenadas por el temor a las consecuencias judiciales, constituye la mentira más grande que Santos haya decidido reforzar.

Que cerca de 5000 miembros de las fuerzas armadas se hallen procesados por espantosas violaciones a los derechos humanos, en un régimen político y judicial confeccionado a la medida para la impunidad de sus arbitrariedades, lo único que pone de presente es el gigantesco e inocultable tamaño de las mismas, de las que sólo un ridículo porcentaje logra salir a flote.
EL PAÍS Y EL MUNDO no alcanzan a imaginarse el tamaño de los crímenes que se cumplen por cuenta de las fuerzas militares y policiales de Colombia, en desarrollo de la embestida que se cumple en campos y ciudades. Pese a que todo se oculta bajo el manto de la propaganda,la realidad indica que las fuerzas armadas son una máquina de matar y triturar sin piedad colombianos.
Baste con mirar un solo ejemplo de los miles de casos que ni siquiera merecen una indagación preliminar de las autoridades judiciales o administrativas colombianas. La muerte de Martín Caballero y 19 guerrilleros más el 24 de octubre de 2007. Un hecho que se presentó y aplaudió como una hazaña. Pero que en realidad fue una cobarde carnicería propia de desalmados.
Según oficio número 264 MDN-CE-FUCAD-BRIM12-B2, de fecha 26 de Octubre de 2007, con nota de recibo del mismo día a las 12 horas, firmado por el capitán David Navia Salvador, la inteligencia militar puso a disposición de la Fiscalía Seccional del Carmen de Bolívar un armamento, unos detenidos y unos cadáveres resultantes de combates cumplidos dos días atrás.
El oficio, documento elaborado por un funcionario público en ejercicio de sus funciones, describe así los hechos:
“Con base en información de inteligencia se logró establecer la presencia de un grupo de sujetos pertenecientes a las ONT FARC, en el área general del sector de Aceituno, Municipio del Carmen de Bolívar, Bolívar. Para tal fin se planeó la inserción del personal militar al sitio referenciado y el día 24 de octubre, la compañía C del Batallón de Contraguerrillas No. 110 logra capturar en flagrancia a los sujetos Fidel Antonio Sanabria Sierra alias Jorge o Peligro, C.C. 9.161.843 Río Viejo (Bolívar) de 39 años de edad, sujeto Zaitch Prado Peñalosa CC 84.006.703 alias John Wilder de 37 años de edad, sujeto Nini Cárdenas Moreno Alias Carmenza de 27 años de edad, los cuales opusieron resistencia armada a la orden de alto de las tropas, por lo que resultaron heridos, recibieron los primeros auxilios y fueron atendidos por los médicos militares, debiendo ser trasladados al Hospital del Municipio del Carmen de Bolívar, debido a la naturaleza de sus heridas.
“En la misma operación resultaron muertos veinte (20) integrantes de la ONT FARC quienes opusieron resistencia armada a la voz de alto de las tropas y al detectar la presencia de las mismas procedieron a atacarlas provocando un enfrentamiento armado con los resultados ya mencionados, son ellos”… (En seguida viene la lista que encabeza Martín Caballero).
POR OTRA PARTE, CON LA MISMA FECHA, en el informe número 939-UPJ-DSCTI-CDB dirigido a la FISCALÍA SECCIONAL 22 (TURNO), con referencia MT 938 (Libro 21 Folio 274) subtitulada  Inspección al lugar de los hechos, bajo la firma de Francisco Roenes Gale Jefe Unidad Policía Judicial, en el que se contempla como objeto de la misión “Efectuar Inspección al lugar de los hechos donde resultara muerto alias MARTÍN CABALLERO y 19 integrantes más de las FARC”, se describe en uno de su párrafos lo siguiente:
“Una vez en el lugar de los hechos se pudo constatar que se trata de una zona selvática, en donde se veían rastros al parecer de explosiones y destrucción parcial del manto boscoso. El sitio estaba custodiado por personal militar. Allí se observaron cráteres en el suelo, arbustos partidos y en el suelo se observó una gran cantidad de vainillas de diversos calibres. Igualmente se observaron fragmentos de metal retorcido esparcidos en un área aproximada de 40 metros cuadrados. Alrededor de esa área se encontraron 20 cuerpos humanos sin vida, los cuales presentaban múltiples lesiones en diversas partes del cuerpo. De igual manera se pudo ver que la mayoría de los occisos vestían prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares y tenían a su alrededor o incluso en contacto con su cuerpo armas largas y material de intendencia”.
Por otra parte en los folios 102 y siguientes del expediente judicial abierto por la Fiscalía Décima Especializada, a cargo de Iván Aguirre Benavides, se puede leer la diligencia de indagatoria recibida   a partir de las 18:27 horas  del 27 de octubre de 2007, en el Hospital Universitario del Caribe, de la ciudad de Cartagena, al sindicado Zaith Prado Peñaloza, uno de los tres capturados según el oficio del Capitán del B2 citado arriba. De allí extracto algunos dicientes apartes:
“Nosotros estábamos en el campamento, la unidad de MARTIN CABALLERO, comandante del 37 Frente… nos íbamos a reunir un total de 30 unidades, para hacer resumen de noticias… a las seis y media comenzamos a reunirnos en el dormitorio de Caballero… cuando venía una avioneta entonces Caballero dijo ojo con la aérea… en ese momento se sintió la avioneta atravesando el campamento, nosotros dijimos pilas la aérea, y corrimos a los fusiles y ya cuando vimos fue el reguero de gente de muertos y heridos y el campamento destrozado, detrás de la avioneta venían los aviones de la fuerza aérea y bombardearon… hubieron unidades que murieron instantáneamente por el impacto y las esquirlas y otros quedamos heridos por las esquirlas incluyendo el comandante, de ahí nosotros tratamos, hubo unas unidades que quedaron ilesas y otros trataron de sacar a Caballero y lo sacaron hasta el medio del campamento y lo dejaron hasta ahí y se retiraron porque llegó la flotilla de helicópteros y la gente se retiró y dejaron a los heridos, incluyendo a los dos comandantes que estaban vivos… ya de ahí en adelante llegó la tropa, y nosotros le preguntamos a Caballero que qué hacíamos… el armamento estaba destrozado, y él nos dijo bueno muchachos aquí no hay más de otra, entreguémonos… entonces ya ellos comenzaron a decirnos que saliéramos y nosotros les decíamos que nos dieran más tiempo, que no podíamos salir porque teníamos las piernas partidas y no podíamos caminar, ellos nos exigían que entregáramos a Caballero y el mismo Caballero decía que él se iba a entregar y que no fueran a proceder contra nosotros, pero que tuvieran en cuenta que él tenía las dos piernas partidas y el brazo izquierdo… todos quedamos desarmados porque la bomba nos quitó los fierros… la tropa empezó a gritarnos que saliéramos que no fuéramos a intentar nada porque nos mataban… yo le dije a la muchacha que estaba al lado mío que era la compañera de Caballero, se llamaba Mariluz, yo le dije, Mari, sal que los manes no te van a matar… y Caballero le dijo también que saliera, ella tenía los pies partidos  y salió arrastrándose… ella les dijo que había más heridos incluso Caballero y Jorge estaban heridos y ellos empezaron a decir que saliéramos y empezamos a salir, salió RENTERÍA, YENNIS, NUBIA, CARMENZA, JORGE y mi persona, cuando FABIO iba a mitad del camino, y por desespero de ellos nosotros le gritamos que les dieran más tiempo a la gente que venía… Caballero les gritaba que fueran por él porque estaba desarmado con las piernas partidas y esquirlas en el cuerpo, y ellos dijeron que es muy berraco entrar así y encerraron eso a plomo, ese sector y terminaron de matar a los muchachos, a HECTOR, a FABIO, a JESÚS, a CRISTINA, eso fue lo que yo alcancé a ver a la distancia y a Caballero lo terminaron de matar, y nosotros le decíamos que no lo fueran a rematar, ya después de eso los que salimos, los que nos entregamos, nos amontonaron ahí a Jorge a mi persona, a Rentería, a Luz, a Yenni, a Carmenza, a Nubia, las muchachas no aguantaron el golpe de la onda expansiva y las heridas y Rentería murió como a las 11, yo los llamaba y les preguntaba cómo estaban y Rentería me dijo que tenía las piernas partidas y que se sentía débil, y a las once no contestó más y uno de los soldados alumbró y dijo este se fue, anterior a Rentería había muerto Nubia y después de Rentería murió la mujer de Caballero Mariluz, y ya a lo último a las 3 o 3 y media de la mañana murió Yenni, y nada más quedamos los tres Carmenza, Jorge y mi persona, entonces yo al ver que iban muriendo uno por uno yo no dejé de llamarlos a ellos dos y le preguntaba a los muchachos del ejército si habían más y dijeron que todos los que estaban adentro ya estaban muertos…”
TODO EL ESTABLECIMIENTO CELEBRÓ con júbilo las muertes reseñadas. Los miembros de las compañías del Ejército que ejecutaron la miserable matanza fueron elevados a la categoría de héroes de la patria y objeto de crónicas y aplausos. Por haber asesinado o dejado morir desangrados a un alto número de guerrilleros que se rindieron y entregaron a la tropa tras el bombardeo.
Hasta los cadáveres cuidadosamente acomodados fueron expuestos con las armas sobre ellos. Fiscalía, jueces y ministerio público prefirieron callar prudentemente acerca de la falsedad que saltaba a la vista. Nadie se tomó la molestia de abrir una causa por la muerte de los guerrilleros. Y ese Ejército es el mismo que berrea hoy por el cerco judicial contra él. Debiera sentir vergüenza.


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