FUERZAS ARMADAS
REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA - EJÉRCITO DEL PUEBLO
COMUNICADO
La población del departamento del Cauca históricamente ha sido víctima de
injusticias, y su territorio escenario de confrontación. Nuestros ancestros, además
del exterminio, sufrieron y resistieron los crueles métodos de trabajo
impuestos por la corona española, y posterior
a la independencia la población rural ha
encarado la expropiación del territorio
perpetrada por gamonales locales y terratenientes. En la mal llamada época de
la violencia los latifundistas en el afán por
apoderarse de las mejores tierras asesinaban los nativos y los expulsaban a
lugares remotos de las cordilleras.
Guerrillero de la Columna Móvil Jacobo Arenas, junto al avión Súper Tucano derribado. Julio 11 de 2012 |
Ya en la historia reciente de nuestro país, el Estado ha
excluido a los sectores populares de la participación política y los ha
mantenido al margen del disfrute de sus derechos económicos, sociales y culturales empleando la
violencia sistemática y el terror de Estado. Frente a la respuesta del pueblo al
organizarse en guerrillas, ha adelantado un sin número de estrategias de aniquilamiento: Plan Laso, Plan
Colombia, Plan Patriota, Plan Victoria, Plan Consolidación y el actual Espada de Honor. No obstante todos han
fracasado porque al tiempo que ha sido indiferente ante las peticiones
populares, su único fin ha sido la derrota
militar de las guerrillas, desconociendo que un pueblo con dignidad, cuando se
le niegan las vías democráticas de participación, acude a
la violencia revolucionaria como medio para hacer valer sus derechos.
El papel de las Fuerzas Armadas ha sido sostener un régimen ilegítimo,
totalmente resquebrajado y en grave situación
de ingobernabilidad, a fin de asegurar jugosas ganancias a los grandes
empresarios criollos y a las transnacionales, a costa de los recursos naturales
extraídos del suelo patrio. Los métodos
empleados en su guerra total contra el pueblo no han variado en los últimos tiempos: recompensas y red de sapos, detenciones y
judicializaciones arbitrarias de civiles, desapariciones, asesinatos selectivos
y masacres cuya autoría es endilgada a
supuestos paramilitares.
Para limpiar la imagen desacreditada por los desmanes propios de un
ejército de ocupación, los militares intentan ganarse el apoyo de la población ejecutando insignificantes obras y proyectos de inversión social que le competen a otros ministerios y hacen parte
de la obligación que tiene el Estado de
garantizar bienestar a sus ciudadanos. Esto, además de constituir un reconocimiento de que en nuestro país la guerra tiene causas sociales, también se convierte en
una forma sutil de involucrar civiles en la confrontación.
Entendemos el sufrimiento de la población caucana y
en general del pueblo colombiano y lamentamos las víctimas producto del conflicto armado que venimos sufriendo desde
la agresión a los campesinos de Marquetalia en
1964. Hoy más que nunca nos unimos al pueblo
en su clamor de paz, de una paz democrática,
en la que desaparezcan las muertes, la desolación y el sufrimiento que produce esta guerra entre hermanos.
Anhelamos una paz garante de que tampoco morirán
mas pobres en las puertas de los hospitales por desatención médica; una paz que
asegure techo digno para todos nuestros compatriotas; una paz que genere las condiciones
para que nunca más perezcan en Colombia niños por desnutrición, para que se
tenga empleo decente y se erradique el hambre. Una paz queengrandezca la patria, donde se trate con amor la madre tierra y el fruto
de su vientre sea para alimentar a sus hijos, en vez de entregado a las
multinacionales como hace el régimen apátrida de Santos. Es la paz con justicia
social, la que estamos dispuestos a lograr junto al pueblo.
Condenamos al gobierno oligarca que encabeza Juan Manuel Santos y a la
degradada Fuerza Pública que lo sustenta por su vil proceder al utilizar a los
habitantes de los centros urbanos como escudos humanos para su protección, en clara violación al
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra, Articulo 58 que trata sobre las
precauciones contra los efectos de los ataques en los conflictos armados.
En este contexto no deja de ser preocupante para la población
del norte del Cauca el hecho que, como se da en Toribío, algunos habitantes se han manifestado a favor de la
presencia de la fuerza pública en los cascos
urbanos. Presencia que además de favorecer la
entrada de las trasnacionales a los territorios indígenas y campesinos, constituye el blanco de las acciones
guerrilleras, por lo que también a ellos les asiste responsabilidad sobre las
consecuencias que en el futuro pueda ocasionar el desarrollo de la confrontación.
A los medios de comunicación los instamos a que den una versión objetiva de la realidad del conflicto en esta región sin alinearse ciegamente con las versiones oficiales.
RECOMENDACIONES A LA POBLACION CIVIL
La ofensiva militar del gobierno en campos y ciudades está
llevando el conflicto armado a todo el país.
La permanente utilización de la población civil como escudo por parte de la Fuerza Pública, hace que ciudadanos inocentes sean afectados en esta confrontación.
iPOR SOLUCION POLITICA AL CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO!
BLOQUE OCCIDENTE COMANDANTE ALFONSO
CANO
FARC-Ejército del Pueblo
Montañas del Cauca, julio 20 de 2012.
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Con el fin de impedir
que esto continúe sucediendo,
las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA (FARC-EP), hacen las siguientes
recomendaciones:
1. La población
civil debe evitar que los cuarteles militares y de policía sean ubicados cerca a sus casas de habitación o a lugares de concentración publica.
2. La población
civil debe evitar que militares y policías les
utilicen sus vehículos particulares o vehículos de transporte público en
servicio. Si los propietarios o conductores son obligados, es preferible
bajarse y entregar las llaves del vehículo,
dejarlo a responsabilidad de los militares y exigir la firma de un papel que así lo señale.
3. La población
civil debe abstenerse de abordar vehículos
militares de cualquier tipo.
4. Los vehículos
civiles en las carreteras, deben conservar una distancia mínima de 500 metros respecto de vehículos y caravanas militares.
5. La población
civil debe abstenerse de servir de guía a las
patrullas de la Fuerza Pública en las zonas rurales.
6. La población civil
debe abstenerse de ingresar a guarniciones militares o a cuarteles de policía. Tampoco debe
dormir en ellos.
7. En zonas de conflicto,
los vehículos de prensa y de organismos humanitarios deben transitar con
distintivos perfectamente visibles y a mínima
velocidad.
ESTADO MAYOR CENTRAL
FARC-EP
Montañas de Colombia, Agosto de 1.995
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