Diario El Tiempo. El ministro tiene prisa de terminar 49 años de guerra. En la Navidad tienen que decidirse las FARC, dice el ministro que tiene grandes tareas electorales en el año electoral. |
Las FARC rechazan ultimátum contra el
proceso de Paz
ANNCOL / BOGOTA / 2013-05-25 / El ministro del
Interior, Fernando Carrillo, tiene prisa. En la prensa colombiana se expresa
con nerviosimo y exige que la insurgencia tiene que concretizar sus propuestas
y llegar a un acuerdo rápidamente con el gobierno de Santos. Y pone hasta
fecha; Navidad 2013.
En un
comunicado de la Delegacion de Paz de las FARC en La Habana, la insurgencia
sostiene que “Nuestras formulaciones recogiendo las reivindicaciones populares,
no son una ´lista de regalos´ sino el registro de los derechos que le han sido
conculcados al pueblo y es deber del Estado garantizarlos sin más demora”.
A continuación publicamos el comunicado de la Delegación insurgente en La Habana:
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, mayo 25
de 2013
El arbolito de Navidad del Ministro de
Gobierno
EL NUEVO ULTIMÁTUM del
Ministro Fernando Carrillo, pareciera revelar una falta de compromiso frente al
proceso de diálogos, que ante todo expresa desconfianza respecto a las mismas
capacidades que la Delegación gubernamental tiene para hacer posible el propósito
de la reconciliación.
Sus
desafortunadas comparaciones “navideñas”, que trivializan las propuestas que
las FARC-EP han hecho a la Mesa de la Habana interpretando los intereses de las
mayorías, en nada se sintonizan con el ambiente de optimismo que reina entre
los colombianos que le apuestan y tratan de aportarle ideas positivas al
objetivo de encontrar una salida incruenta al conflicto político, social y
armado que padece Colombia.
Nuestras formulaciones recogiendo las reivindicaciones populares, no
son una “lista de regalos” sino el registro de los derechos que le han sido
conculcados al pueblo y es deber del Estado garantizarlos sin más demora. Al
gobierno es a quien corresponde abrir los espacios políticos y devolver lo
despojado a las víctimas de su terrorismo secular, para que el soberano pueda
expresarse en un escenario de democracia verdadera.
Con esperanza,
Ad portas de un acuerdo parcial sobre el primer punto de la Agenda del Acuerdo
general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable
y duradera, con enfoque territorial, la Delegación de Paz de las FARC-EP
reitera su invitación a la organización y la lucha de los sectores populares en
función de una Reforma Agraria estructural que se sume a la realización de los
cambios profundos que requiere el país para lograr el establecimiento de la
verdadera democracia y de la justicia social.
NUESTRO PROPÓSITO DE POTENCIAR al máximo la producción campesina y de las comunidades rurales, en
función de la soberanía alimentaria y el mejoramiento pleno de las condiciones
de vida de la empobrecida población del campo y de los desplazados como
consecuencia del conflicto impuesto por las élites en el poder, puede ser ahora
una realidad, si entre todos logramos que la restitución de la tierra se dé en
favorecimiento de los verdaderos despojados, la formalización para quienes la
poseen de manera precaria o insuficiente, -tal como ocurre con los hombres y
mujeres que con sacrificios adelantan los procesos de construcción de Zonas de
Reserva Campesina- y, en fin, la redistribución se produzca en el sentido de
superar el latifundio, limitar la propiedad y entregar la tierra de manera
equitativa, justa y en fortalecimiento de la economía interna y la soberanía.
El cierre de la
frontera agrícola deberá implementarse pensando en la sostenibilidad
socio-ambiental, la preservación de nuestros recursos naturales, nuestra
biodiversidad y nuestras fuentes hídricas, considerando que cualquier
sustracción que se haga para poner límites a la depredación de nuestras áreas y
conservar así los cerca de 89 millones de hectáreas de bosques que sobreviven ,
deberá ser para mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo, y no para
llenar las arcas de las transnacionales de la explotación minero-energética o
de la extracción agroindustrial y de los agro-combustibles.
Urgente y necesario será que, aun teniendo Colombia una relación
potencialmente favorable en la ecuación “tierra-población”, acabemos ya con la
gran concentración de la propiedad territorial que se ha traducido en la
profundización de una desigualdad extrema, expresa en un coeficiente de Gini
superior al 0.89, el más escandaloso e injusto del continente.
COLOMBIA DEBE ASISTIR sin más demora a la cesación del sometimiento respecto a las
comunidades por parte de las élites, sobre las que se aplican métodos de
explotación, de extracción de rentas o de violencia para el despojo, que
potencian la acumulación y se establecen como causa fundamental de la historia
de los conflictos agrarios desde los orígenes de la república; una historia en
que la apropiación de los baldíos, para el Estado ha significado su principal
fuente de activos fiscales, para los comerciantes y latifundistas fuente de sus
principales rentas, pero para las comunidades agrarias ya sean campesinas,
indígenas, afros-descendientes o raizales y palenqueros empobrecidos, era y
sigue siendo su fuente esencial de supervivencia.
No hay mejor
medio para alcanzar la paz que luchar por ella.
DELEGACION DE PAZ DE LAS FARC-EP
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