Por: Pablo Catatumbo, jefe nacional del Movimiento
Bolivariano por la Nueva Colombia.
Pablo Catatumbo |
El 4 de febrero
de 1992, cuando los apóstoles del “fin de la historia” y los propagandistas de
la muerte de la izquierda revolucionaria rumiaban plácidamente su pretendido
triunfo, las masas populares y los militares patriotas de Venezuela realizaron
un heroico intento por cambiar de base la realidad que los agobiaba. Allí,
entre los artífices del torrente popular, estaba Hugo Chávez Frías.
Ayer, nos
enteramos de la fatídica noticia de su muerte, y los bolivarianos y las
bolivarianas del mundo entero lloramos su pérdida que es la de un dirigente y
amigo cuyas obras e ideas dividen en dos la historia reciente.
¿Qué media entre
el oficial patriota de 1992, y el presidente luchador contra el cáncer de 2013?
Estos veintiún años fueron testigos del proceso de formación y consolidación de
un movimiento revolucionario de enormes consecuencias, de la elevación de la
conciencia de las masas venezolanas, y del resurgir del arsenal ideológico que
nos legaron Simón Bolívar y todos los patriotas de Nuestra América. Son pues,
veintiún años de identidad entre hombre y pueblo, entre dirigente y proyecto
político, entre las heterogéneas voluntades y el caudal unificador.
El Movimiento
Bolivariano por la Nueva Colombia ha sido siempre admirador de los logros
sociales, económicos y políticos de la Venezuela Bolivariana, así como de las
iniciativas de integración latinoamericana y mundial que han surgido desde
allí. Vemos en ellas la realización de los ideales de nuestro Libertador, Simón
Bolívar, así como las raíces de un nuevo ordenamiento internacional vinculado a
los pueblos y no a los intereses del gran capital. Igualmente, destacamos el logro
fundamental del Comandante Chávez en el terreno de la batalla de ideas: el
impulso y la revitalización del pensamiento bolivariano.
Cuando las
oligarquías de Nuestra América se regodeaban en el encarcelamiento de las ideas
del Libertador, Chávez y su Revolución Bolivariana las hicieron realidad en la
práctica. Hoy, la nueva América Latina que mira esperanzada un futuro
socialista, es consciente que en las armas ideológicas que nos legaron Bolívar
y todos nuestros patriotas verdaderos, está la base para la construcción de
nuestra independencia y soberanía.
Por todo esto,
lamentamos profundamente la pérdida del Comandante Chávez, artífice de todas
estas mil y un batallas que el hermano pueblo venezolano ha sabido emprender
con la constancia y la altura de un bravo pueblo que no soporta tiranos. Como
bolivarianos y bolivarianas, vemos en Chávez la demostración de lo que ha de
ser un honesto y consecuente batallador por la democracia y el socialismo. El
Comandante es, hoy, un modelo de revolucionario auténtico y popular que habrá
de ser seguido por todos los que queremos una verdadera Patria Grande.
Desde los
campos y ciudades de nuestro país, desde la selva amazónica hasta las islas
caribeñas, de las honduras del Pacifico hasta la llanura oriental, los patriotas
por la Nueva Colombia rendimos homenaje al comandante sin par de este
continente rebelde. ¡Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos!
¡Hasta la Victoria siempre!
Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia.
Montañas de Colombia, marzo 6 de 2013.
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