Por Sofía Hernández, FURJA
Lunes, 07 Enero 2013 / Para la ejecución de las obras necesarias para implementar este modelo
de desarrollo, han sido múltiples los casos en los cuales los violentos en los
barrios han facilitado la realización de proyectos importantes. Para poner un
ejemplo la construcción del Metro Cable en la Comuna Uno Popular, donde muchas
personas fueron amenazadas por la ilegalidad para que abandonaran sus casas,
justo donde se estaban realizando obras para la construcción de las torres y
estaciones.
Realidades de
los habitantes de las Comunas 1, 3, 8, 9 y 13 de Medellín
Para los que
habitan las comunas de Medellín, no es un secreto la relación que hay entre el
desarrollo de la ciudad y la violencia de las supuestas estructuras criminales
armadas. El control territorial que ejercen las bandas y combos delincuenciales
en los barrios les posibilita tener un control económico y un control social,
frente a la mirada negligente y a veces cómplice de las autoridades oficiales.
Este control territorial, económico y social ha sido puesto al servicio de los
intereses de quienes buscan consolidar un modelo económico de desarrollo que a
todas luces resulta excluyente y que no le importa atender las múltiples y
graves problemáticas que padecen quienes habitan las laderas.
Para la
ejecución de las obras necesarias para implementar este modelo de desarrollo,
han sido múltiples los casos en los cuales los violentos en los barrios han
facilitado la realización de proyectos importantes. Para poner un ejemplo la
construcción del Metro Cable en la Comuna Uno Popular, donde muchas personas
fueron amenazadas por la ilegalidad para que abandonaran sus casas, justo donde
se estaban realizando obras para la construcción de las torres y estaciones; o
como el túnel de occidente en la comuna 13 San Javier, o para poner un ejemplo
todavía más cercano en la comuna 8 Villa Hermosa, recientemente se han
producido desplazamientos por amenazas de los grupos ilegales, precisamente
donde se tiene proyectado la realización de obras como las estaciones de Metro
Cable en los barrios Trece de Noviembre , La Sierra y Esfuerzos de Paz.
Frente al macroproyecto Cinturon Verde
Si todo lo
anterior sucedió con la construcción de las obras del Metro y Metro Cable, ¿qué
pasará ahora con los casi 5.000 predios catastrales que necesita el proyecto
Cinturón Verde en la franja alta de las comunas 1,3 y 8, muchos de ellos
ubicados en retiros de quebradas o zona de alto riesgo?, ¿cómo se adquirirán
esos predios? ¿Cómo se va a hacer el pago de las indemnizaciones? ¿Qué sucederá
con las familias que están por fuera del perímetro urbano?, ¿qué pasará con las
familias que ya obtuvieron un subsidio de vivienda y que no aplican para otro
tipo de subsidios? ¿Habrán desalojos?, ¿los desplazados van a ser desplazados
nuevamente? ¿ya están definidas las reubicaciones? ¿Cuáles serán las
condiciones para el reasentamiento?, ¿les tocará pagar impuestos más costosos a
los que quedan? , ¿qué pasará con las familias que no tengan escrituras?, ¿qué
sucederá con lotes que se tienen en posesión con sembrados?, ¿se reconocerá el
trabajo realizado? ¿qué va a pasar con las familias donde vive más de un núcleo
familiar? Con el Cinturón Verde se generará una valorización de estos suelos y
de rentas urbanas tanto para el Estado vía impuestos, como para los privados
vía compra de tierras en áreas periféricas y la implantación de proyectos
turísticos en el marco de ciudades competitivas en el mercado mundial.
Más que un
proyecto ambiental y como se planteó inicialmente es un proyecto urbanístico
que genera una rentabilidad muy importante para ciertos gremios económicos,
además de legitimidad política a ciertos grupo políticos. Las montañas de Medellín
donde históricamente han construido las comunidades que en su mayoría han sido
víctimas del conflicto armado tanto urbano como rural, no han dejado de luchar
para que su sueño de vivir con dignidad en un territorio sea posible, dándole
solución desde el intercambio de saberes a las necesidades que se iban
presentando. La escuela, la iglesia, las carreteras, la vivienda, los
acueductos, la energía, han sido derechos que los habitantes de esta ciudad,
han tenido que ir solucionando en la cotidianidad.
El cinturón
verde no sólo elevará el precio del suelo, sino también incrementará el costo
de vida de las comunidades, pero sin mejorar sus condiciones socioeconómicas.
Paradójicamente, en la conmemoración del DIA DE LOS DERECHOS HUMANOS en
Medellín, investigaciones de varias ONG hacen las siguientes denuncias: “Más de
8.387 personas desplazadas este año en Medellín, ONG analizan la situación de
Derechos Humanos en la ciudad”. (Informe presentado el lunes 10 de diciembre de
2012, para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos en
Medellín.) “8.387 es la cifra de personas que se han visto obligadas a
abandonar sus viviendas en Medellín, según el informe 2012 de la organización
Convivamos, registrado del 1 de enero al 20 de noviembre de éste año, como
consecuencia de los graves hechos presentados por el conflicto armado urbano en
algunos barrios de la ciudad, por la situación de violencia, desempleo,
discriminación y problemáticas que atentan contra los derechos humanos.”
Como resultado
de algunos de los informes, las comunas donde más se presentó desplazamiento
forzado en la ciudad, son en su orden las comunas 13, 8, 9, 1 y 3. Las
principales causas de desplazamiento fueron las amenazas, el reclutamiento
ilegal, los homicidios, las agresiones físicas, el control territorial, el
control social y los constantes delitos contra la integridad y libertad sexual
sobre las mujeres. La Comuna 13 continúa presentando la mayor tasa de
homicidios y víctimas desplazadas forzadamente por la violencia urbana en la
ciudad. Las comunidades de afros e indígenas, son unas de las más afectadas por
el desplazamiento forzado interurbano en Medellín. Paradójicamente, la Comuna
13 es la que cuenta con mayor presencia de fuerza pública en la ciudad, con 11
puntos militarizados permanentemente, 7 estaciones de policía y 3 CAI, y la que
presenta la
mayor cifra de
homicidios, correspondientes al 13.9% de los casos en Medellín.
Si bien se han
documentado casos de agresión, abusos de autoridad, procedimientos policiales irregulares
y connivencia de la fuerza pública con los actores armados ilegales, la
Personería de Medellín sólo ha recibido 6 quejas en la Comuna 13, entre enero y
noviembre de 2012. Esto demuestra la desconfianza que la comunidad de esta zona
de la ciudad tiene frente a la institucionalidad del Estado. Los actos de
violencia, que sufren las comunidades de barrios populares de la ciudad, ponen
en evidencia toda una gama de hechos delictivos y de lesa humanidad que hasta
el momento, permanecen en la impunidad. Los niños y las niñas, son utilizados
como botín de guerra en el conflicto armado urbano en la ciudad, aumento de
subregistros en las cifras de violación a los derechos humanos, que muchas de
las víctimas no denuncian por temor; situación que recrudece aún más fenómenos
como el desplazamiento forzado interurbano en la ciudad.
De todo lo
anterior se deduce que lo único que le queda al pueblo es organizarse y luchar
para defenderse de estos padrinazgos que la administración municipal actual y
las anteriores han tenido con estos grupos armados, lo cual ha sido muy
evidente por la institucionalización del paramilitarismo que han utilizado para
arremeter contra la población y lograr sus propósitos de convertir la ciudad en
un centro turístico sin importar cuanto sufrimiento le han causado a miles de
familias, cuanta sangre derramada por causa del desarrollo urbanístico.
Sólo la
organización y la lucha nos liberará de los verdugos; sólo con la unidad y la
movilización lograremos un país sin desigualdades, con paz y justicia social.
Partido Comunista Clandestino de Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario