Caricatura mexicana que desde ahora también puede ser colombiana. |
Por Sofía Sánchez corresponsal del Bloque Iván Ríos/FARC-EP
Con la aprobación de la reforma al fuero militar,
después de un fuerte debate sobre sus puntos más polémicos (que son prácticamente
todos), la población quedó expuesta a las bestialidades que bajo su mampara
legal, las fuerzas militares y todo el estamento castrense, llámese como se
llame cada dependencia, quiera cometer contra la ciudadanía.
Los falsos
positivos, las violaciones y las ejecuciones extrajudiciales fueron actos
hábilmente dejados en manos de la justicia ordinaria para atenuar la
inconformidad expresada por los pocos legisladores oponentes a la ley,
organismos internacionales, entre ellos algunas ONGs y la ONU, quienes se han
mostrado preocupados por los peligros que encierra dicha reforma.
Uno de los
puntos duramente cuestionados y que generó mas polémica para su aprobación fue
el llamado "blanco legitimo", pues como su nombre lo indica, se trata
de otorgar legitimidad y legalidad a los falsos positivos bajo un nuevo nombre,
contemplado dentro del fuero, que da poder a los militares para asesinar al
pueblo.
Cabe recordar
que los falsos positivos no fueron hechos aislados dentro del servicio, sino
que obedecieron a una política de Estado cuyo promotor fue el actual presidente
de la república, quien en ese entonces ejercía como ministro de la defensa
nacional, con incentivos como ascensos, dinero y vacaciones al militar que más
bajas guerrilleras registrara en su historial. Por estos hechos han sido
procesados algunos militares, mientras el cerebro criminal que diseño la
práctica no ha sido tocado por la justicia.
Serán muchos
los casos donde darán de baja a quien consideren sospechoso de colaborar con la
insurgencia y le pondrán al lado uno par de botas "Venus Llanera",
una caja de munición 9mm, una reata y tal vez unas ampollas de Cefradina, para
poder decir que es un auxiliador de la guerrilla. Pero también, todo aquel que
haga parte de un sindicato, de una asociación o junta comunal o haga justos
reclamos, sin lugar a dudas será otro "blanco legitimo", porque quien
reclama está en contra del gobierno y por ende es insurgente. Entonces el
“blanco legitimo”, dentro de su interpretación, da significado de “legitimidad”
a las ejecuciones extrajudiciales, falsos positivos y está por verse de que
manera le darán “legalidad” al acto de violar y asesinar niños y niñas.
Con piscina, fiestas de asado y trago en ambiente tropical “sufren”
los
militares colombianos sus “penas” entre “hermanos en armas”. |
Se construirán
otras instalaciones tipo Tolemaida Resort donde habitarán sicópatas con charreteras
y soles. Y desde esos complejos vacacionales seguirán manejando sus negocios
con las mafias del planeta, sin tener que preocuparse por su seguridad. Se
seguirán ensañando con los chivos expiatorios de poca monta como el oficial
Guarnizo, mientras el alto mando militar, untado de pies a cabeza de sangre
inocente, drogas y corrupción sigue ocupando honorables puestos.
Es incierto el
futuro de una nación, cuyo órgano legislativo este plegado a los intereses del
poder y la guerra contra los oponentes que no tienen más armas para defenderse,
que su legitimo derecho a expresar abiertamente su inconformidad ante los
abusos y atropellos del régimen. Derecho cada vez más vulnerado cuando
meticulosamente, con toda frialdad y maquiavélico cálculo se elaboran las leyes
con la trampa incluida y otras se someten a reformas cuya finalidad conlleva al
mismo objetivo.
La solución del
conflicto colombiano demanda cada vez más de la solidaridad de la comunidad
internacional, para que ayude a buscarle una salida menos cruento al problema
de la guerra que vive el país. No bajo el interés económico que algunos
gobiernos persiguen, sino como la necesidad imperiosa de garantizar la paz
continental y mundial.
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