por Camila Cienfuegos, entrevista por
Dax Toscano
Nuestro
amor por el pueblo es la razón profunda de nuestra lucha. Esto determina y
marca los perfiles psicológicos en las relaciones interpersonales, las
relaciones que se dan en la guerrilla son libres, plenas y desinteresadas,
alejadas de los valores y las costumbres de la sociedad burguesa...
Donde mi pueblo me necesita allí estaré presente. Soy del pueblo y vivo para él |
Camila
Cienfuegos: "Donde mi pueblo me necesite ahí estaré presente. Soy del
pueblo y vivo para él." Por Dax Toscano
Al igual
que Camilo Cienfuegos, Camila salió del pueblo, al que ella se debe.
"En
el pueblo hay muchos Camilos", dijo Fidel tras conocer la muerte del
"Señor de la Vanguardia". No se equivocó el Comandante de la
Revolución Cubana: En los pueblos de América Latina hay muchos Camilos y, por
supuesto, Camilas que, con su acción revolucionaria, han sabido dejar en alto el
nombre del "Héroe de Yaguajay".
Camila
Cienfuegos, guerrillera fariana, también enciende el fuego de la revolución
para forjar un presente y un futuro esplendoroso que permita la construcción de
la Nueva Colombia.
De un
corazón inmenso, cariñosa, solidaria y amable, Camila decide compartir algunos
pensamientos sobre su vida y la lucha revolucionaria en Colombia, de la cual
ella ya es parte, los mismos que los expresa en forma apasionada, sincera,
decidida, defendiendo siempre los intereses del pueblo y de la organización a
la que pertenece con orgullo: las FARC-EP.
Camila,
cómo usted se vincula a la guerrilla. Cuéntenos un poco la historia de su vida
guerrillera.
Mi
vinculación fue en el año 1994. Era estudiante de segundaria, en una pequeña
ciudad del valle del Cauca, fui militante de la Juco, allí realizaba, misiones
como estafeta, presentábamos teatro, en los barrios más pobres, en los
diciembres, los camaradas nos daban regalos y recorríamos las calles,
entregando con tanta alegría pequeños detalles a los niños, a los ancianos.
También compartíamos buñuelos, natilla con mis compañeros de la Juventud
Comunista. Allí aprendí a diferenciar entre lo justo y lo injusto, y conocí a
las FARC- EP.
Hija de
padres de origen paisa. Mi madre una mujer emprendedora. Entregada por completo
a la educación de sus hijos, nos inculcó el respeto, la verdad, la honradez, la
palabra, el compromiso y el amor por el trabajo.
Mi padre,
era un hombre muy estricto. Ambos pertenecían al Partido Comunista.
Desde muy
joven he cuestionado la desigualdad, y buscando el camino que me indicara como
construir un mundo de igualdad en lo humano; una sociedad donde todos y todas
estén plenamente representados, busqué, y en las FARC-EP lo encontré.
Su familia
le ha brindado apoyo en este camino que usted escogió.
Ellos han
sido incondicionales desde siempre.
Los medios
de comunicación hablan negativamente del papel que cumplen las mujeres al
interior de la insurgencia. Qué respuesta da usted a eso.
Esa
interpretación del papel de la mujer en la guerrilla, es la que hacen nuestros
enemigos como parte de la guerra psicológica.
En la
realidad es todo lo contrario. Nuestro amor por el pueblo es la razón profunda
de nuestra lucha. Esto determina y marca los perfiles psicológicos del
guerrillero en las relaciones interpersonales y afectivas, las relaciones que
se dan en la guerrilla, que son libres, plenas y desinteresadas, alejadas de
los valores y las costumbres de la sociedad burguesa en descomposición que vive
Colombia.
Qué
actividades desarrollan fundamentalmente las mujeres dentro de las FARC-EP. Hay
diferencias entre hombres y mujeres en este sentido.
En las
FARC-EP hombres y mujeres desarrollan las mismas actividades: En lo político,
en lo militar, en lo cotidiano. No existe ninguna diferencia. Esas diferencias
las marcan las políticas de un sistema excluyente.
Somos
unidades con igual compromiso, iguales deberes y derechos, lógicamente el nivel
de desarrollo no depende del género, depende de las personas.
Qué
mujeres luchadoras le inspiran en su actividad revolucionaria. Tuvo usted la
oportunidad de conocer a la Comandante Mariana Páez o a Lucero Palmera, qué
puede decirnos de ellas.
Las luchas
y las experiencias de vida de miles de activistas, militantes y organizadoras
del combate de las mujeres en el mundo entero: las mujeres vietnamitas, las
trabajadoras de las fábricas, las plantadoras de arroz de la India, Manuela
Cañizares -que es considerada el alma de la insurrección de 1809, en Quito-. A
las Madres de los desaparecidos argentinos, las luchadoras por la reforma
agraria, Manuelita Sáenz, Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, la Gaitana,
las madres de los guerrilleros. Aprovecho la ocasión para rendir homenaje a las
compañeras del PKK asesinadas por los servicios de inteligencia turcos en
Francia. En general, todas nuestras heroínas que han ofrendado su vida por la
Colombia Nueva, son mi mayor inspiración.
Conoce
usted cuál es la situación de las mujeres prisioneras de guerra y políticas del
Estado colombiano. Conoce a Marinelly Hernández Orozco y su postura digna
frente al sistema judicial colombiano ante el cual se declaró en rebeldía. Qué
puede decirnos al respecto y qué mensaje envía usted a las luchadoras farianas
detenidas en las cárceles colombianas.
En las cárceles
colombianas la tortura sicológica y física se utiliza como metodología para
doblegar la voluntad revolucionaria, generalmente es vano el intento. Se
trasgrede la libertad de opinión, el debido proceso, el derecho a disentir del
régimen oprobioso que desde hace décadas destruye Colombia, en síntesis, se
violan los derechos humanos. Estamos enfrentados a una fuerza inhumana y
recalcitrante para la anulación de la protesta.
A mis
compañeras, quiero decirles que exalto su tenacidad de mujeres inquebrantables,
comprometidas con el ideal revolucionario, bolivariano…, ¡la cárcel es otra
trinchera de lucha! Y como dice Julián Conrado en su canción: Por más oscura
que sea la prisión no dejará de brillar la razón.
Qué piensa
de Ingrid Betancurt, mujer que dijeron que se encontraba en pésimas condiciones
por su retención por parte de las FARC-EP y que al final salió en perfectas
condiciones.
Hoy en día
no tenemos prisioneros de guerra en nuestro poder (entrevista 15 enero). El
conflicto continua por la terquedad del señor presidente de Colombia de no
aceptar un cese bilateral de fuego. Eso hace probable que en el futuro y como
resultado del accionar político militar se haga presente nuevamente la realidad
de los prisioneros. Nosotros también tenemos en las mazmorras colombianas
presos políticos. Esa es una de las razones de nuestra insistencia por un
tratado de regularización de la guerra, que incluye necesariamente el canje de
prisioneros.
Con
relación al segundo punto, es ya de conocimiento público el nivel de
manipulación informativa por parte del Estado, que en aras de truncar el camino
hacia la reivindicación social informa con base a falacias. Ingrid, al igual
que todos los prisioneros de guerra que teníamos en nuestro poder, se le
reconocieron y respetaron todos sus derechos, prueba de ello es la forma
distinta en la que salió Clara Rojas, circunstancia que guardaba más
genuinidad, y con esto me refiero a que existía una plena y evidente coherencia
entre la esencia y la apariencia.
Cuál es el
momento más duro que ha tenido que pasar en la lucha revolucionaria.
La noticia
de la muerte de nuestros camaradas, sin excepción. La arremetida paramilitar
contra los pobladores, ver sus pequeñas casas como las consumían las llamas, el
sueño de un pueblo en destrucción, sin quien arara la tierra, atendiera los
animales. El saqueo de los paramilitares a las viviendas, a pequeñas tiendas, a
mujeres y hombres violados brutalmente, los cadáveres, amordazados, con
infinidad de torturas, las viudas con sus pequeños hijos, sosteniéndoles en
brazos ahogadas en llanto y terror, la desolación de los pueblos, sin que nadie
registrará qué ocurría a escasos kilómetros de los cuarteles de la policía.
Allí también quedaron heroicos guerrilleros y guerrilleras dando su último
suspiro por defender el pueblo, esto en el año de 1999.
Usted
considera que sería importante que dentro del Secretariado de las FARC-EP esté
presente una mujer, claro está por méritos propios y no solo por su condición
de ser mujer.
Por
supuesto.
En la
Colombia Nueva, con paz, justicia social y soberanía, que rol le gustaría
cumplir.
Seguir
luchando de la mano de mi pueblo. Donde mi pueblo me necesite ahí estaré
presente. Soy del pueblo y vivo para él.
Un mensaje
a las niñas y jóvenes y a las hijas e hijos de guerrilleros, cuyos padres no
pueden compartir directamente con sus hijos e hijas pero que luchan por los
hijos e hijas de todos los colombianos.
Hijos e
hijas de los guerrilleros del mundo. Solo deseamos que no tengan que vivir la
situación que algunos de ustedes han vivido: Constantes masacres (con lista en
mano), persecuciones, despojos de las pequeñas parcelas, los allanamientos a
sus viviendas, la interceptación de llamadas telefónicas, el secuestro de los
correos personales, los forzosos exilios a los que son sometidos, en países
ajenos a sus culturas, inclusive sin identidad propia. De verdad, lamentamos lo
que han padecido y que la impunidad siga. No obstante, les recordamos con todo
el amor de padres, que están presentes en cada segundo de nuestra vida, que son
elemento esencial de inspiración, al igual que los miles de hermanos
colombianos por los que luchamos. Queremos que vivan en una patria digna,
sinónimo de un amor genuino, fundamentado en la solidaridad.
Por
último, gracias a quienes en solidaridad se han hecho cargo de ustedes,
supliendo la labor que a la distancia nosotros no podemos cumplir, personas que
pese a las capturas ilegales de las que son víctimas, con las que el Estado
trata de amedrentar, siguen ahí, incondicionales.
Mi mensaje
es arriba las banderas de lucha, sin miedo de luchar por una revolución, que
deberá ser social, y profundamente humana. Sin miedo de levantar la voz por la
liberación de la humanidad. La liberación de hombres y mujeres. Cuando hayamos
logrado ese triunfo ustedes nos ayudarán a construir ese nuevo país y esa nueva
Patria.
La Habana,
Cuba, 2013
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