En los tiempos que corren no se puede ser
católico sino se es revolucionario
Monseñor
ETTORE BALESTRERO
Nunciatura Apostólica
Bogotá.
Reciba nuestro
respetuoso saludo y por su intermedio a los compatriotas colombianos adscritos
a la Iglesia de Roma. Nos regocijamos a la vez que lo felicitamos por el
importante cargo que asume en un momento tan decisivo para el catolicismo
mundial.
El
representante de Cristo en la tierra ha dicho que: “en los tiempos que corren
no se puede ser católico sino se es revolucionario”. Estas palabras surgidas de
lo más profundo del corazón y la convicción de quien recién asciende al Trono
de Pedro, tienen un significado singular y demuestran los deseos por una
renovación sin parangón en el seno de la Iglesia.
La indígnate
explotación, el hambre, la desnutrición, la injusticia, la violencia, las
guerras de agresión, el desempleo, la corrupción generalizada, la falta de
atención social, la discriminación; en fin, el sufrimiento a que son sometidos
los pobres del planeta, hacen urgente que las gentes de buena voluntad,
creyentes o no, aunemos esfuerzos en la defensa de la paz, la justicia social y
la denuncia de sistemas político-económicos basados en el individualismo
egoísta que atenta contra la existencia del mismo género humano.
Las palabras
pronunciadas por su excelencia en el acto de presentación de credenciales como
Nuncio Apostólico: “tengo el deseo de colaborar con la iglesia por el bien del
país, por el bien de todos sus ciudadanos, por la protección de la paz, la
defensa de la paz, la defensa de la familia, la vida humana y por el bien y la
armonía entre los ciudadanos”, llegan a nuestros receptivos oídos y nos
gustaría poder intercambiar opiniones para que conjuntamente busquemos caminos
que nos permitan plasmar en la práctica tan loables propósitos.
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